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Karlos Arguiñano se rompe de dolor al hablar en directo sobre la muerte de dos de sus hijos

Uno de los momentos más duros para Karlos Arguiñano.

Karlos Arguiñano es uno de los cocineros más famosos y queridos de España, gracias a su larga y exitosa trayectoria en la televisión, donde lleva más de 30 años enseñando sus recetas y haciendo reír a los espectadores con su simpatía y sus chistes. Nacido en Beasain, Guipúzcoa, en 1948, Arguiñano se formó como cocinero en la Escuela de Hostelería del Hotel Euromar de Zarautz, y luego trabajó en varios hoteles y restaurantes de San Sebastián y Zarautz, donde abrió su propio establecimiento en 1978.

Arguiñano fue uno de los pioneros de la Nueva Cocina Vasca, junto a otros grandes chefs como Juan Mari Arzak y Pedro Subijana, y consiguió una estrella Michelin que mantuvo durante 16 años. Además, fundó en 1996 la Escuela de Hostelería Aiala, donde forma a jóvenes cocineros, y ha publicado más de 50 libros de cocina, que han sido un éxito de ventas. Su pasión por la gastronomía le ha llevado también a viajar por el mundo y a conocer otras culturas culinarias, como la de Cuba, Estados Unidos o Argentina.

Pero el gran salto de Arguiñano fue el de la cocina al plató, cuando en 1989 empezó a presentar su primer programa de televisión en la cadena vasca ETB. Desde entonces, ha pasado por varias cadenas nacionales e internacionales, como TVE, Telecinco, Antena 3, Canal 13 o ATC, con diferentes formatos y títulos, pero siempre manteniendo su estilo cercano, divertido y didáctico. Su programa actual, ‘Cocina abierta de Karlos Arguiñano,’ se emite desde 2010 en Antena 3 y Nova, y cuenta con la colaboración de su amigo Juan Mari Arzak los viernes.

A pesar de su imagen pública de hombre alegre y optimista, Arguiñano también ha pasado por momentos personales de extraordinaria dureza. El cocinero confesó una tragedia familiar en una entrevista con Pablo Motos en el programa ‘El hormiguero’, donde demostró que es todo un ejemplo de superación, de generosidad y de amor por la vida y por la cocina.

Así fue la dura confesión del cocinero.

Con una sonrisa y una receta, Karlos Arguiñano se despidió de los espectadores de ‘El hormiguero’, el programa de entretenimiento de Antena 3 que cerró su temporada 14 con el carismático cocinero vasco como invitado. Arguiñano, que lleva más de tres décadas al frente de los fogones televisivos, compartió con el presentador Pablo Motos sus vivencias, reflexiones y anécdotas durante la crisis sanitaria del coronavirus, que ha golpeado duramente al sector de la hostelería, al que él pertenece como propietario de varios restaurantes.

El cocinero recordó con nostalgia las palabras que le dijo a Motos al inicio del confinamiento, cuando se declaró el estado de alarma en España: “Éramos felices y no lo sabíamos Pablo. Las noticias siguen siendo una pesadilla, pero tendremos que ir buscando la normalidad”. Arguiñano y Motos repasaron cómo era la vida antes de la pandemia, cuando podían abrazarse, viajar y disfrutar sin restricciones. “Hay que celebrar la vida”, afirmó Motos, que se mostró optimista ante el regreso a la normalidad tras el avance de la vacunación.

Arguiñano también hizo gala de su humor y su vitalidad, y contó que sus compañeros de trabajo le cuidaban mucho por ser una persona de riesgo por su edad. “En edad de riesgo estaréis vosotros”, les replicaba. El cocinero explicó que durante los últimos tres meses había estado viviendo con su mujer en casa, solo los dos, y que había aprovechado para hacer mucho deporte: “Hemos caminado 800 kilómetros, son unos 10-12 kilómetros de media al día”.

El triste fallecimiento de sus dos hijos que desconocían muchos de sus seguidores.

Otro de los temas que abordó Arguiñano fue el de su familia, que es muy numerosa. El cocinero reveló que ya se ha reunido con todos sus hijos y nietos: “Somos 27”, dijo. Sin embargo, también confesó una tragedia familiar que le marcó profundamente: la pérdida de sus dos primeros hijos, que nacieron muertos a los siete meses de gestación. “Mi mujer lloraba y lloraba, y yo le decía que no se preocupase, que íbamos a tener niños. Al final seis hijos y una adoptada. Todos están emparejados y casi todos, con niños. ¡Ahora me toca aprenderme los nombres!”, relató.

El programa terminó con un emotivo monólogo de Pablo Motos, que quiso enviar un mensaje de ánimo a los espectadores: “Noto que aunque no te hayas contagiado del coronavirus, todos hemos cogido miedo, nos han quitado la esperanza de un futuro mejor. Ves que las consultas de psicólogos, psiquiatras y fisios están llenos. A la crisis sanitaria y económica hay que sumarle la de salud mental. La solución, como siempre, está en las personas. Un buen amigo puede curar muchas cosas. Si tienes capacidad para escuchar a alguien y un poco de empatía, puedes ayudar mucho. Buen verano a todos”.