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Un excursionista se encuentra con un diamante en un parque nacional y se hace millonario

Encontró un diamante con un peso de 7,46 quilates.

¿Te imaginas ir de vacaciones a un parque nacional y volver a casa con un diamante en el bolsillo? Pues eso es lo que le pasó a Julien Navas, un francés de 42 años que tiene una afición muy peculiar: buscar tesoros. Desde que era pequeño, le encantaba explorar lugares y encontrar objetos valiosos o curiosos. Así que cuando se enteró de que en Arkansas había un parque donde cualquiera podía buscar diamantes, no se lo pensó dos veces y se fue a probar suerte.

Navas había viajado desde Francia para ver el lanzamiento del cohete Vulcan Centaur en Cabo Cañaveral, Florida, un espectáculo que le fascinaba. Pero después de ver el despegue, decidió hacer una escapada al Parque Estatal del Cráter de Diamantes de Arkansas, el único lugar del mundo donde los visitantes pueden quedarse con los diamantes que encuentren. El jueves 11 de enero, después de una fuerte tormenta, llegó al parque, alquiló un kit básico de prospección y se puso manos a la obra.

Navas se pasó toda la mañana cavando en el barro, sin encontrar nada que mereciera la pena. Pero no se desanimó. “Llegué sobre las nueve y empecé a excavar”, dijo. “Es un trabajo duro, así que por la tarde me dediqué más a buscar en la superficie, a ver si veía algo que brillara”.

Lo bautizó con el nombre de su prometida.

Y vaya si lo vio. Resulta que la lluvia del día anterior había ayudado a que los diamantes salieran a la luz. Según Waymon Cox, el superintendente adjunto del parque, el suelo se ara periódicamente para facilitar la erosión y sacar los diamantes a la superficie. “Pero cuando llueve, el agua arrastra la tierra y deja al descubierto las rocas más pesadas, los minerales y los diamantes”.

Así que Navas se dedicó a recoger todo lo que le llamaba la atención, sin saber que entre sus hallazgos había una auténtica joya. Al final del día, llevó sus piedras al Diamond Discovery Center del parque, donde los expertos le dijeron que había encontrado un diamante café de 7.46 quilates. “Estoy tan feliz! Lo primero que se me ocurrió fue contarle a mi prometida lo que había encontrado”, exclamó el hombre.

El parque describió el diamante de Navas como una bola de caramelo redonda y marrón, “como un chocolate intenso”. Es el octavo diamante más grande que se ha encontrado en el parque desde 1972, y el onceavo de este año. El récord lo tiene Kevin Kinard, que en 2020 encontró el Kinard Friendship de 9.07 quilates, el más grande hasta la fecha.

“Es siempre muy emocionante ver a los visitantes que encuentran diamantes por primera vez, sobre todo tan grandes como éste”, dijo Sarah Reap, intérprete del parque. Reap le contó al The Washington Post que el parque tiene una media de uno o dos hallazgos de diamantes al día, dependiendo del número de visitantes. “Pero en invierno hay menos gente y menos diamantes. En primavera, las cosas mejoran. En un día de marzo podríamos tener 10 diamantes entregados, pero también podríamos tener mil visitantes”.

Navas, que quedó encantado con el parque, al que llamó “un lugar mágico, donde el sueño de encontrar un diamante puede hacerse realidad”, decidió ponerle a su diamante el nombre de su prometida. Así nació el Diamante Carine, un regalo muy especial para su futura esposa. Pero no será el único. Navas, que ya le había dado un anillo de compromiso hecho con oro que extrajo de 10 kilogramos de procesadores informáticos y una gema que encontró en una mina de Austria, dijo que tallará su nuevo diamante y lo partirá en dos: uno para su prometida y otro para su hija de tres años, para cuando ella quiera casarse.

El parque ha registrado más de 75,000 diamantes desde que John Huddleston, un granjero que era dueño del terreno antes de que se convirtiera en Parque Estatal de Arkansas en 1972, descubriera las primeras piedras preciosas.