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“Soy tan víctima como ellos”. Pierde a sus tres hijos en cuatro años por una enfermedad que el mismo les trasmitió

Perder a un hijo es duro, perder a tres es una tragedia.

No hay lugar a dudas de que el dolor más intenso que pueden sufrir los progenitores es el de perder a uno de sus hijos. Hoy hemos conocido a un economista de 52 años que ha tenido que enterrar a sus tres vástagos en menos de cuatro años y medio por una enfermedad que él mismo les transmitió. Además, un paciente que logró sobrevivir a doce tumores ofrece numerosas posibilidades a la ciencia.

Feitosa declaró en una charla con BBC News Brasil que tanto él como sus descendientes habían sido diagnosticados con el Síndrome de Li-Fraumeni, una afección poco común que incrementa la probabilidad de padecer diversos tipos de cáncer, resultado de mutaciones en el gen TP53, según la información publicada por el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos.

“Los resultados demostraron que yo tenía una alteración genética que lamentablemente también se transmitió a mis hijos y que potencia la aparición de cáncer. En apenas cuatro años y medio perdí a todos mis hijos. Como dijeron mis hijos, soy tan víctima como ellos”, afirmó.

Feitosa explicó que, antes de su primer diagnóstico de cáncer, él y sus hijos se encontraban libres de enfermedades y que ninguno de los miembros de su familia habían sido afectados antes por ningún problema de salud relacionado con la enfermedad.

En el año 2009, su primogénita Anna Carolina fue identificada con leucemia linfocítica acida. Durante muchos años luchó con esta enfermedad, sin embargo, el año pasado se encontró un tumor cerebral en ella y el 19 de noviembre falleció a los 25 años.

En el 2017, la menor de sus hijos, Beatriz, fue diagnosticada con la misma enfermedad de su hermana y se sometió a un trasplante de médula ósea. Desafortunadamente, el cáncer fue muy agresivo y la niña perdió la vida el 24 de junio del 2018 a tan solo 10 años.

Su única descendencia masculina, Pedro, cumplía los 17 años cuando se le detectó osteosarcoma, una forma de cáncer óseo que generalmente aparece en las partes finales de los huesos largos. El muchacho tuvo que afrontar diferentes terapias, sin embargo, en el año 2019, como su hermana mayor, manifestó un tumor cerebral. Cumplió 22 años cuando falleció el 30 de noviembre de 2020.

“Hoy mi opinión es que tenemos que vivir intensamente, con la mayor alegría. Mi hijo dijo una frase muy coherente: “Nadie puede medir el dolor del otro”. No creo que haya un problema más grande o más pequeño, el hecho es que no podemos medir el dolor del otro”, concluyó Feitosa.