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Sara, lo deja claro en ‘First Dates’ y acaba llevándose un zasca: “No saldría con un hombre con menos de 200.000 euros”

Un encuentro inesperado

En el último episodio de First Dates, presenciamos un giro inesperado durante la velada de Pablo y Sara. Sara, una madrileña con convicciones firmes y una personalidad marcada, no tardó en expresar sus expectativas al pisar el restaurante.

Con una franqueza desarmante, proclamó su deseo de hallar a su “1%, porque el 99% no merece la pena”. La solvencia económica era un pilar para ella, tanto que declaró sin rodeos: “Si tienes menos de 200.000 euros no saldría contigo”.

Primeras impresiones

Incluso el equipo de First Dates sintió la intensidad de su criterio, especialmente Matías, el camarero, quien recibió una respuesta cortante al inquirir sobre su posición en la escala de Sara: “En el 99%, si lo preguntas ya está descartado”.

Pablo, por su parte, llegó desde Murcia con una etiqueta autoimpuesta de “friki”, prefiriendo provocar risas antes que parecer pretencioso. Sus tatuajes captaron la atención de Sara, quien admitió quedar cautivada por sus ojos, aunque su carácter terminó alejándola.

Complicidad y desencuentros

A medida que se conocían, la complicidad entre ambos era evidente, intercambiando bromas y risas. Sara se encontró cada vez más atraída por Pablo, mientras que él no compartía los mismos sentimientos. A pesar de tener intereses comunes, la personalidad de Sara no fue suficiente para convencer a Pablo de una segunda cita, sintiéndose más en la zona de amigos que de potenciales amantes.

El tema del trabajo y los ingresos también jugó un papel crucial para Sara, quien quedó con la curiosidad de saber el saldo bancario de Pablo. Sin embargo, él parecía cumplir con todos los requisitos de Sara, quien no dudó en considerarlo “el hombre de mi vida”.

La decisión final

Después de compartir sus pasatiempos y discutir sobre sus gastos mensuales y profesiones, llegó el momento de la verdad. Sara estaba dispuesta a una segunda cita, convencida de haber encontrado a su media naranja.

Pero Pablo, aunque dispuesto a un nuevo encuentro, lo veía solo en términos de amistad. Al final, las despedidas fueron agridulces y cortantes: Sara expresó su amor con un efusivo “¡Te quiero Pablo!”, pero él, con honestidad, respondió: “Yo, no”.