La justicia italiana da la razón a la familia del cámara.
Se trata de uno de los sucesos más impactantes de los últimos años, y sigue dando mucho de qué hablar. Han pasado más de nueve años desde la muerte de Mario Biondo en su casa. Había signos evidentes de violencia en el cuerpo del esposo de Raquel Sánchez Silva y su cuerpo fue encontrado medio ahorcado en una estantería.
La justicia española determinó muy rápidamente que el cámara se quitó la vida, pero la familia del técnico defendió siempre la teoría del homicidio. En un intento por averiguar qué sucedió realmente la noche en que murió su hijo, los padres del italiano contrataron abogados y criminólogos.
ABC supo recientemente que el departamento de justicia italiano ha decidido archivar el caso debido a “obvias limitaciones procesales”. No hay señales de suicidio en la diligencia, y la muerte de Mario es claramente un homicidio de autores desconocidos.
Un caso completamente cerrado en España.
En consecuencia, ha pasado demasiado tiempo para “realizar trámites” que España debería haber realizado durante el periodo de instrucción. Como destaca la carta, «las contradicciones contenidas en las declaraciones de la viuda de Biondo no pueden haber inducido a los investigadores españoles a realizar escuchas telefónicas para determinar la verdad de los hechos».
La familia, en declaraciones a ABC, expresa una gran satisfacción por haber podido demostrar que su hijo no se suicidó y que pudo ser víctima de un asesinato: «Desde España podría abrirse una causa por homicidio, pero creemos que no se hará», dice el criminólogo Óscar Tarruella en conversación al mismo periódico.
Aquí estamos después de un largo y difícil viaje. Pippo y Santina, los padres de Mario, también se enfrentaron la oposición de la viuda, con quien han intercambiaron acusaciones. La familia nunca entendió por qué Sánchez Silva permaneció tan fría tras el siniestro desenlace y se ha llegado a insinuar que obstruyó la investigación. Su marido pudo haber estado acompañado por personas cuando murió, pero ella ha guardado silencio sobre esta posibilidad.
Nacho Abad, indignado por el mal comportamiento de la justicia italiana.
“El juez dice que la policía española lo hizo mal, que el juez español lo hizo mal y que el médico forense español lo hizo mal. Me parece tan gratuito que un juez italiano teniendo reciente el caso de Amanda Knox en el que la justicia italiana patinó, ahora que nos den lecciones de justicia me molesta profundamente. Sobre todo porque sí creo que la autopsia que determinó que era una muerte accidental estaba acreditada”, comenzaba Abad.
Tan serio se puso que acabó revelando un importantísimo relato hasta ahora inédito: “Yo estuve en casa de Raquel Sánchez Silva y de Mario Biondo horas después de que ocurriese. No lo había contado nunca pero creo que ha llegado el momento. Estuve después de que estuviese la policía. Se habían llevado el cuerpo y no vi ningún escenario de violencia”, sentenció el criminólogo.
“Había muchas latas de cervezas y otras cosas que me justificaban que podía tratarse de un accidente. En un episodio autoerótico de limitación de oxígeno. Estuve varias horas en el escenario analizándolo todo y no había ningún signo de violencia”, subrayó.