El programa que muestra la realidad de las citas en España.
En un mundo cada vez más conectado, encontrar el amor puede parecer una tarea fácil. Sin embargo, muchas personas siguen buscando a su media naranja sin éxito, recurriendo a aplicaciones, agencias o programas de televisión que les ayuden a dar con su pareja ideal. Uno de estos programas es ‘First Dates’, el formato de citas más popular y veterano de la pequeña pantalla española, que lleva desde 2016 mostrando las historias de amor, desamor, ilusión y decepción de miles de personas que buscan su complemento.
‘First Dates’ no es un programa cualquiera. Es un espacio que intenta responder a algunas de las preguntas más universales y profundas que nos hacemos los seres humanos: ¿Qué es lo que hace que nos enamoremos? ¿Cómo sabemos si hemos encontrado a nuestra alma gemela? ¿Qué pasa cuando dos desconocidos se sientan a cenar y se miran a los ojos por primera vez? Estas son algunas de las cuestiones que plantea el programa, conducido por el carismático Carlos Sobera, que ejerce de maestro de ceremonias y consejero sentimental de los comensales.
Pero ‘First Dates’ es también un reflejo de la sociedad española actual, con toda su diversidad y riqueza. En el restaurante más famoso de la televisión, hemos visto desfilar a personas de todas las edades, razas, religiones, culturas, orientaciones sexuales, identidades de género y capacidades. Hemos sido testigos de cómo el amor no entiende de etiquetas ni de prejuicios, y de cómo cada persona tiene su propia forma de sentir y expresar sus emociones. Hemos vibrado con las historias de amor que han surgido entre los comensales, y hemos sufrido con las que no han cuajado.
Alexandra y Erik, una cita sin química.
El programa del amor por excelencia de la televisión, ‘First Dates’, ha vuelto a abrir sus puertas para recibir a varias parejas de solteras y solteros con ganas de encontrar el amor. Entre ellos, Alexandra y Erik, dos jóvenes de 20 años que no han tenido mucha suerte en el amor y que han decidido probar suerte en el espacio de Cuatro.
Alexandra es una chica alegre y aficionada a la moda, que busca un chico gracioso, buena persona, alto y fuerte. Le gusta vestir de colores y le encantan los hombres que van con traje. Erik, en cambio, es un chico frío y reservado, que se considera muy diferente a los demás. Su nombre, Ektembur, ya le supone un problema a Alexandra, que tampoco se siente atraída por su look informal.
La cena: entre el agobio y el desinterés.
La cita entre Alexandra y Erik no empieza con buen pie. Ella le ve poco elegante y pasota, él le ve mayor y seria. Laura Boado les acompaña hasta la mesa, donde intentan conocerse mejor. Sin embargo, las diferencias entre ellos son evidentes.
Alexandra le cuenta que quiere estudiar administración de empresas porque le gustan los trajes de oficina. También le confiesa que no le gusta comer delante de nadie porque se agobia por si se mancha. Erik no entiende su actitud y le dice que eso es normal. Ella le reprocha que sea tan frío y que no se ría. Él le pregunta si tiene carnet de conducir y ella le responde con una frase que le deja boquiabierto: “Las guapas no conducimos, nos llevan”.
La cita avanza y los solteros se dan cuenta de lo poco que tienen en común. Erik asegura que es difícil que se enamore de una chica. Alexandra se define como una persona muy enamoradiza. Ella piensa que él es muy frío y que le da igual la otra persona.
Al final de la cena, llega el momento de la decisión final. Los dos coinciden en que no hay química entre ellos y que no quieren volver a verse. Se despiden educadamente y se marchan por separado. Una cita más en ‘First Dates’ que no ha terminado en amor.