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La impactante hipnosis en directo de Ana María Aldón: revive los malos tratos de su padre

“Lo he vivido con la misma intensidad y el mismo dolor físico”.

Ante la sorpresa de los telespectadores, Ana María Aldón se sometió a una regresión con el hipnotizador Jorge Astyaro. La colaboradora experimentó una hipnosis muy especial cuya sesión ha durado hora y media: “Para mí, ha sido como si fuesen cinco minutos”, contó después.

La exmujer de Ortega Cano regresó a los momentos más dramáticos de su vida y los revivió: “Lo he vivido con la misma intensidad y el mismo dolor físico, es lo que más me ha impactado. Recuerdo el dolor, la sangre, como latigazos…”, le contó a Emma García antes de ver los sobrecogedores vídeos de esta experiencia.

La infancia de Ana María en la regresión.

Empezando por el principio, Ana María conectó con su pasado y comenzó a llorar. ¿Qué le provocó esta dolorosa emoción? “Mi padre”, dijo. Recuerda un camión y el hipnotizador le pregunta por qué está llorando, y es cuando la colaboradora reveló: “Me pegó”.

Recordó un triste momento de su infancia y el experto le ayudó a salir de ese sentimiento y a encauzar la sesión para que Ana María deje de sufrir. Después, tras revivir el momento, Ana María logró perdonar a su padre por lo que hizo, pero le pidió que deje de torturar a su familia porque “no nos merecemos lo que vivimos”.

Aldón vio las imágenes y no recordó haber experimentado este momento con el hipnotizador. Este le contó cómo ha ido viajando con ella y cómo ella pedía, en sus recuerdos, hablar con la policía.

También recordó el nacimiento de su hija Gema Aldón.

Ana María tenía 17 años cuando dio a luz a su hija Gema. Recordó, a través de la hipnosis, que se encontraba sola en el hospital y que su familia no fue a verla esa primera noche: “La niña no venía y me dijo la doctora que no sabía si la niña iba a sobrevivir”, reveló.

También habló del padre de Gema y del sufrimiento que quiso evitar a su hija alejándola de ese hombre. De esto no ha hablado Ana María durante los últimos años, pero ahora se abrió para explicar cómo se sintió: “Mi madre no fue a verme al hospital cuando di a luz por miedo a mi padre”.

Otro de los momentos destacados de la sesión fue el segundo nacimiento: “Otra vez sola, con un niño”, dijo entre lágrimas. En esta ocasión, Ortega Cano no estaba presente porque se encontraba cumpliendo condena en prisión. “Me volví a ver sola con otra criatura”, contó sobre lo que vivió después. “Estaba encerrada para evitar a la prensa (…). La situación de verme de nuevo sola con otro hijo fue una sensación horrorosa”.

En ese punto, Ortega Cano se puso en contacto con el programa: “No está bien, no está contento con lo que se ha contado y como ha descrito Ana María su estancia en Zaragoza. Dice que siente adoración por su hijo y siente que ha descrito una situación con la que él y sus familia no están conformes. Que esa soledad no era tal, que Ana María estaba acompañada por una persona de confianza…”, contaron.

Pero Ana María le cortó y estalló. “Me estoy cansando de no tener derecho a nada. Cuando hablo de soledad es a que me veo, otra vez sola con un niño y sin el padre, y es literal así. Perdónenme si no tengo derecho a sentirme sola esos tres primeros meses. No entiendo cuando ha tenido que haber una reacción ante otras palabras, no ha habido esa reacción”, fueron parte de sus palabras, visiblemente enfadada con el torero.

Para finalizar, el hipnotizador consiguió que Ana María cogiera unas alas que ella misma vio en su experiencia para que pudiera volar, para que le den fuerzas que le permitan solucionar las cosas de manera sana y saludable. Aldón se puso a volar y llegó a sonreír antes de despertar.

La exmujer de Ortega Cano relacionó ese recuerdo con algo vivido en Supervivientes y en el miedo que superó porque cuando fue al programa no sabía ni nadar, pero terminó aprendiendo a pescar. Tras esto, Jorge y Ana María hicieron una mini hipnosis en directo para finalizar con una sensación agradable. Para ello, la trasladó al momento en el que trabajaba en la frutería, donde era muy feliz.