Estaba considerada de riesgo extremo: necesitaba medicación diaria.
La triste noticia que nadie quería escuchar se ha confirmado hoy: Esther María Herrera Espejo, la joven de 24 años que llevaba desaparecida desde el pasado domingo en Córdoba, ha sido hallada muerta en un polígono industrial de la capital cordobesa.
Esther salió de su casa el domingo por la mañana y no volvió a dar señales de vida. Su familia denunció su desaparición esa misma noche y alertó de que sufría una enfermedad crónica que requería medicación diaria. Su caso se consideró de alto riesgo y se activó un dispositivo de búsqueda sin precedentes en la ciudad.
La Policía Nacional, que se hizo cargo de la investigación, no descartó ninguna hipótesis sobre lo ocurrido y rastreó tanto el entorno urbano como el natural. El principal foco de atención fue la zona de Sierra Morena, cerca del Hospital Los Morales, donde se cree que Esther pudo haber ido a pasear o a hacer senderismo.
Trágico desenlace.
Para peinar esa área, se contó con la colaboración de cientos de voluntarios que se sumaron a la búsqueda desde el primer momento. Familiares, amigos y desconocidos se movilizaron para ayudar a encontrar a Esther, siguiendo las indicaciones de SOS Desaparecidos y del Grupo de Emergencias de la Junta de Andalucía (GREA), que coordinó las batidas desde un puesto de mando avanzado.
También participaron en el operativo unos 40 efectivos de distintos cuerpos de seguridad, como Policía Local y Nacional, bomberos y Protección Civil, así como una unidad canina especializada. Todos ellos trabajaron incansablemente durante varios días, cubriendo un terreno difícil y accidentado, lleno de matorrales, barrancos y caminos.
Los voluntarios se organizaron en dos grupos, uno a cada lado de los agentes expertos, y avanzaron separados por un metro o poco más, para no dejar ningún rincón sin revisar. También inspeccionaron todos los árboles del lugar, por si encontraban alguna pista que les llevara hasta Esther. Algunos de ellos eran senderistas habituales y conocían bien la zona. Otros solo querían aportar su granito de arena.
Pero todo ese esfuerzo no ha servido para evitar el fatal desenlace. El cuerpo sin vida de Esther ha aparecido esta mañana en un polígono industrial alejado de la sierra. Según las primeras informaciones, no hay signos de violencia ni indicios de criminalidad en su muerte, pero la investigación sigue abierta para esclarecer las circunstancias que rodean a su desaparición y fallecimiento.