La increíble historia de la clienta que encontró el amor en una tienda de ropa

¿Te imaginas ir a comprar un vestido y salir con una nueva amiga? Eso es lo que le pasó a @MacDreaming, una usuaria de X (Twitter) que quedó encantada con el trato que recibió de una empleada de Kiabi en La Línea de la Concepción. Lo que empezó como una simple compra se convirtió en una emotiva conexión que ha emocionado a miles de personas en las redes sociales.
El gesto que lo cambió todo: la empleada que se fijó en el hijo de la clienta
Todo ocurrió cuando @MacDreaming entró en la tienda de ropa con su hijo, que tiene TEA (Trastorno del Espectro Autista). La empleada, que resultó ser maestra de infantil, se dio cuenta enseguida de la situación y le dio preferencia como cliente, facilitándole el proceso de pago y evitando que el niño se agobiara. La clienta quedó tan agradecida que no pudo evitar compartir su experiencia en X (Twitter), donde buscaba el nombre de la trabajadora para darle las gracias personalmente.
La respuesta de la empresa y de la empleada: una cadena de agradecimientos
El mensaje de @MacDreaming se hizo viral en cuestión de horas, alcanzando más de 1,3 millones de visualizaciones y más de 3.000 ‘me gusta’. La empresa Kiabi no tardó en reaccionar y le respondió con un mensaje lleno de ilusión y alegría. Le comunicaron que habían hecho llegar su agradecimiento a la tienda y a la empleada, y le desearon felices fiestas. Pero la sorpresa no acabó ahí. La propia empleada, que se identificó como @KiabiTeacher, también quiso agradecerle las bonitas palabras que le dedicó la clienta. Le explicó que era maestra de infantil y que llevaba su vocación muy arraigada. Además, le invitó a volver a la tienda siempre que quisiera.
El final feliz: una amistad que nace en las redes sociales
En este punto, ambas internautas tuvieron un amistoso intercambio de mensajes a través de X (Twitter). La clienta le contó que había recurrido a esta red social porque en el ticket de compra no aparecía el nombre de la empleada, y pensaba que “quizá aquí se hiciera la magia”. Le pidió que no cambiara nunca y que siguiera siendo humana. La empleada le restó importancia y le dijo que no había nada que agradecer, que simplemente había hecho lo que tenía que hacer. Así, lo que empezó como una compra de ropa terminó como una bonita amistad que ha conmovido a miles de personas.