Tras bambalinas en una cocina de tres estrellas.
Los relatos sobre buenas o malas experiencias en restaurantes despiertan una enorme curiosidad colectiva. La gastronomía toca fibras emocionales profundas: el placer, la hospitalidad, la decepción o el lujo nos conectan de inmediato con las historias de otros. No es casual que artículos que narran desde reseñas gastronómicas hasta jornadas laborales en cocinas famosas acumulen miles de lectores.

Uno de los chefs españoles que más interés genera es Jordi Cruz. Aunque muchos lo reconocen como uno de los jueces más emblemáticos de ‘MasterChef’, su carrera como restaurador es igual de impresionante. Al frente del restaurante ABaC en Barcelona, Cruz ha conquistado nada menos que tres estrellas Michelin desde 2017.
En ABaC, Jordi Cruz apuesta por la alta cocina que pone en valor la tradición para crear platos vanguardistas, conceptuales y sorprendentes, tal y como detalla en su página web. El chef ofrece una experiencia gastronómica en un hotel acogedor, ubicado en una casa centenaria escondida de Sant Gervasi.
“Día en la vida…”
La precisión y el talento del equipo de ABaC aseguran que cada comida sea inolvidable. Cada cocinero y cada camarero forman parte de una maquinaria de excelencia que ha convertido al restaurante en un referente mundial de la innovación culinaria. Sin embargo, pocas veces el público puede asomarse al día a día que hace posible semejante nivel de perfección.
Recientemente, Anna, una empleada del restaurante, ha compartido en TikTok (@annastaste) cómo es un día trabajando bajo las órdenes de Jordi Cruz. «Día en la vida de alguien que trabaja en un restaurante de tres estrellas Michelin con chef Jordi Cruz», dice al comienzo del vídeo, mostrando la intensa dinámica que se vive tras las puertas de ABaC.
Esta semana, Anna estuvo encargada de la partida de pescados, un área de vital importancia en la cocina. «Empezamos preparando los mariscos para el gazpachuelo, ordenando unas cajas y emplantando la prueba diaria de menú para el chef», explica mientras se suceden las imágenes del proceso.
Nitrógeno líquido, hummus y jornadas maratonianas.
Durante el servicio, Anna también colaboró en la preparación de los maccheronis con salsa de plancton y albahaca. «Empezamos enfriando el metal con nitrógeno líquido, lo sumergimos y así los tiramos manualmente», cuenta. Además, preparó boniatos en sal y montó el delicado plato de camarón a la parrilla.
@annastaste Día en la vida en un restaurante de 3 estrellas Michelin: ÀBaC #diaenlavida #abac #jordicruz #cheflife #altagastronomia #3estrellasmichelin #michelin ♬ a punk – 3 minute audios
Pero su jornada no terminó ahí: después del servicio de la mañana, Anna se ocupó de limpiar, tirar la basura, rellenar aceites y preparar la lista para el turno vespertino. «Después, un poco de descanso y, tras unas horas, de vuelta al restaurante para el servicio nocturno», relata, reflejando el ritmo implacable de la alta cocina.
En el turno de noche, las tareas se multiplican. Anna elaboró un helado de hummus con lima y se encargó de las anguilas, además de «envasar salsas y limpiar, claramente». «Y los sumideros que no falten», comenta, dejando ver con humor la exigente rutina que implica trabajar en uno de los mejores restaurantes del mundo.
El lado invisible del éxito gastronómico.
Finalmente, «y así acabamos el servicio de noche», dice Anna para cerrar su vídeo, que ya suma más de 600.000 visualizaciones. Los comentarios de los usuarios no se hicieron esperar: muchos preguntan sobre cuestiones prácticas como el salario o la cantidad de horas que se trabajan cada día. Lo que queda claro es que detrás de cada plato perfecto, hay historias de esfuerzo, pasión y sacrificio que pocas veces salen a la luz.