Una soltera para los pies a su cita de ‘First Dates’ tras una caliente proposición: “Me ve una ‘golfilla facilona’ y no”

Una nueva aventura en First Dates

Sonia hizo su entrada triunfal en el programa ‘First Dates’ el pasado lunes, 29 de abril, proclamándose “una mujer liberal” en todas las facetas de su existencia, especialmente en lo que respecta al ámbito sexual: “He estado con más de cien personas. He hecho intercambios de pareja, tríos… He experimentado con mujeres, para poder opinar. Puedes disfrutar de todo si vas sin prejuicios”.

Esta barcelonesa de 51 años tiene una filosofía de vida clara: vivir con intensidad cada momento. “Me atropellaron una vez y casi me muero. Eso no es lo que me hizo cambiar, yo ya era disfrutona de antes, pero sí dices: ‘C***, que igual me muero’. Ese mismo año tuve cáncer y ahora estoy con un segundo cáncer. Tú tranquila, que en mi familia todos lo tenemos y seguro que lo sobrepasamos. La vida hay que vivirla”, compartió con convicción.

Encuentros y desencuentros

En su búsqueda de un compañero “varonil”, Sonia se encontró con Umberto, un italiano residente en Cantallops (Girona), que parecía ser el acompañante perfecto. Sin embargo, la primera impresión reveló un detalle inesperado: Umberto llegó a la cita sin haber dormido, tras una noche de baile.

Sonia, recordando experiencias pasadas, confesó: “Los italianos no son mi pasión. De jovencita, tuve una experiencia con un italiano que era tan empalagoso, tan romántico… El típico italiano que estamos acostumbrados a ver en las pelis. Me cargaba”.

Poca chispa

A medida que la velada avanzaba, Sonia sentía que a Umberto le faltaba esa “chispa” especial. La conversación tomó un giro hacia lo personal cuando Sonia reafirmó su liberalismo. Umberto acogió esta revelación con entusiasmo, expresando su preferencia por personas abiertas: “Me atrae más una persona así que una totalmente cerrada. Las monjas, mejor que se queden en el convento”.

Un baile y una propuesta

Durante el postre, y tras un baile romántico, Umberto sugirió continuar la cita en un lugar más privado. Sonia, sin embargo, declinó la oferta: “Él sabe que yo soy una mujer liberal, porque yo se lo he dicho, y ya me ve un poco como una golfilla facilona y no […] No tengo problema en darle un beso. Lo que no le daré es mi cuerpo para mantener una relación porque no me provoca”.

Decisiones finales

Al final de la noche, Umberto expresó su deseo de un segundo encuentro, cautivado por Sonia. Pero ella, sintiendo que algo esencial faltaba y que había tenido que “llevar las riendas” durante la cita, decidió no proseguir con una segunda cita.

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