Deja en muy mal lugar el programa.
En el competitivo escenario de la televisión española, el programa ‘First Dates’ se ha erigido como un coloso del entretenimiento, un oasis romántico en el desierto de la programación habitual. Conducido por el inimitable Carlos Sobera, cuya maestría y carisma son tan fundamentales para el programa como el guión para una obra de teatro, ‘First Dates’ ha logrado algo que pocos programas pueden presumir: ha tocado el corazón de la nación, promoviendo incansablemente el amor en su forma más pura y espontánea.
Desde su lanzamiento, ‘First Dates’ ha brillado con luz propia en el firmamento televisivo, destacando entre la multitud de programas que luchan por captar la atención del público. Su éxito no se debe a la casualidad; es el resultado de una fórmula magistral que combina entretenimiento, emoción y, sobre todo, humanidad. Este espacio no es simplemente un lugar de encuentro para solteros en busca de pareja; es un microcosmos donde se exploran las profundidades del alma humana, donde cada episodio es un estudio sobre el amor en la era de la tecnología.
El secreto de su éxito radica en la habilidad del programa para navegar las aguas a menudo turbulentas del amor contemporáneo. Bajo la dirección de Carlos Sobera, ‘First Dates’ ha trascendido su formato original para convertirse en un emblema de la diversidad y la inclusión, educando y deleitando a su audiencia con lecciones sobre la vida, el amor y la búsqueda de la felicidad compartida.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. Una ex-participante, Mery Aranda, ha sacado a la luz la maquinaria detrás del encanto de ‘First Dates’. En una revelación que ha causado revuelo en las redes sociales, Aranda compartió en TikTok su experiencia tras las cámaras, desvelando que la producción ofrece una compensación económica y que las grabaciones se realizan en las primeras horas de la mañana.
«Es totalmente mentira».
Aranda ha puesto en duda la autenticidad de lo que se muestra en pantalla, afirmando que “lo último que muestran en el programa es totalmente falso”. Aunque no dio detalles específicos, su comentario sugiere que las emociones y las expectativas de una segunda cita que se transmiten al final de cada episodio podrían no ser genuinas. Según su testimonio, después de la comida, es común que los participantes no vuelvan a encontrarse, y que la decisión final que se presenta a los espectadores a menudo no refleja la realidad.
En una confesión sorprendente, Aranda admitió que su motivación para participar no era encontrar el amor, sino ganar notoriedad y viralidad en televisión. “No hay nada guionizado”, aseguró, explicando que aunque se sugieren temas de conversación, la decisión de abordarlos queda en manos de los participantes.
Además, reveló que su episodio se emitió tres meses después de la grabación y que, contrariamente a lo que algunos podrían pensar, nunca volvió a ver a su cita después del programa. La despedida fue cordial, pero el supuesto “final feliz” no fue más que una ilusión.
@meryarandaa_ Jajajajjajaa qsiii maria que has ido a first dates que pesada #parati #fyp #firstdates ♬ sonido original – Mery Aranda
Finalmente, Aranda desmitificó otro aspecto del programa: el pago de la cena. Aunque en pantalla parece que los participantes asumen el costo, en realidad, les reembolsan el dinero una vez finalizada la grabación. Esta práctica, según ella, es solo parte del espectáculo que ‘First Dates’ ofrece a su audiencia.