Una influencer se gasta 900 euros en comer en el restaurante de Berasategui y todos comentan lo mismo: “¿En serio lo ha empujado con la uña?”

Lo que nos atrapa de las reseñas de restaurantes.

Las experiencias gastronómicas, buenas o malas, tienen un magnetismo especial. Nos transportan, nos despiertan la curiosidad y nos invitan a imaginar sabores, aromas y sensaciones. Por eso, los relatos sobre visitas a restaurantes son tan populares: nos permiten vivir, aunque sea de forma indirecta, momentos de placer o de decepción.

Para los amantes de la gastronomía, uno de esos lugares de peregrinaje es el Restaurante Martín Berasategui. Se encuentra en el País Vasco, concretamente en el municipio de Lasarte-Oria, y cuenta con tres estrellas Michelin. Su fama no solo se debe a sus reconocimientos, sino también a la calidez que transmite su cocina y su filosofía.

La prestigiosa guía Michelin no escatima en elogios hacia el chef, al que describe como «humilde y jovial». «Se considera un transportista de felicidad que le debe el éxito al garrote que siempre pone en su trabajo, al constante apoyo de su mujer y, como él mismo comenta, a sus increíbles equipazos», detallan en su reseña.

Una propuesta culinaria que seduce a primera vista.

Respecto al restaurante, la guía destaca que se trata de un «espacio elegante y no exento de relajantes vistas al entorno ajardinado». «Descubrirás un concepto hedonista de la gastronomía, con una propuesta original, creativa y sorprendentemente generosa», añaden. Todo ello convierte cada visita en una auténtica experiencia sensorial.

En el Restaurante Martín Berasategui se puede optar por una carta a precio fijo o por el famoso menú degustación. Ambos caminos combinan clásicos de la casa con nuevas creaciones, manteniendo siempre un nivel de excelencia. Esta combinación es, precisamente, lo que atrae a tantos comensales de todo el mundo.

Una de esas visitantes ha sido Edurnyx, creadora de contenido que no dudó en viajar hasta Lasarte-Oria para probar las maravillas del chef español. Apostó por el menú degustación, con un precio de 395 euros por persona, y compartió su experiencia a través de un video de TikTok.

Una experiencia entre lo sublime y lo inesperado.

La aventura culinaria comenzó con un crujiente de patata y alga relleno de corzo y caviar. «Sabor muy untuoso. Contrasta muy bien entre el mar y la montaña. Espectacular», opinó Edurnyx. Su relato ya dejaba entrever la promesa de un viaje de sabores audaces y perfectamente equilibrados.

Más adelante, descubrió un plato en el que la aceituna era la estrella absoluta. «Lo primero que te recomiendan es que te comas la oliva», explicó. Tras morderla, confesó su sorpresa: «Ha explotado de repente». Además, disfrutó de una mantequilla de grasa de jamón ibérico untada en pan de masa madre: «Qué bueno está esto. No os lo podéis imaginar».

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La degustación continuó con un crujiente de calamar, un tartar de atún balfegó, un canelón de crustáceos y una gilda deconstruida. Cada plato arrancaba nuevas expresiones de asombro de Edurnyx: «Qué barbaridad», decía entre bocado y bocado.

El banquete termina en polémica.

Uno de los momentos más especiales fue la llegada de un plato icónico: «Es de 1993 y lleva anguila ahumada, foie y manzana verde», comentó la creadora de contenido. Era evidente que, más allá de las tendencias, algunas recetas de Berasategui se mantienen atemporales en su menú.

Los postres también fueron protagonistas: fresas y limón, limón con crema de albahaca, y una esponja de chocolate con flor de sal y dulce de avellana pusieron el broche dulce a la experiencia. Al final, Edurnyx mostró la cuenta, que ascendía a 900 euros en total, incluyendo bebidas.

Sin embargo, el verdadero revuelo surgió por un gesto inesperado que no pasó desapercibido. Mientras mostraba los platos, Edurnyx empujó parte de la comida con su uña, lo que provocó una avalancha de comentarios: “Lo de empujar la comida con la uña me ha dejado loca, ya he desconectado”, “¿En serio lo ha empujado con la uña?” o “Mastica con la boca abierta… yo no soy de la realeza, soy de una familia normal trabajadora y lo básico me lo enseñaron”, comentaron algunos usuarios, dando lugar a una inesperada polémica en redes sociales.

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