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Una farmacéutica revela la sorprendente razón de un gesto muy común: «No acabar el café y dejar siempre un poco en el fondo de la taza tiene explicación»

Lo cotidiano también es noticia.

En redes sociales, las publicaciones que ofrecen respuestas a pequeñas costumbres del día a día suelen dispararse en popularidad. Quizá porque todos compartimos esas rutinas mínimas, esos gestos que repetimos sin pensar, pero que al ser analizados despiertan una mezcla de curiosidad y sorpresa. Un vídeo que explica por qué la gente duerme de un lado y no del otro puede alcanzar millones de visualizaciones.

El fenómeno tiene su lógica: las audiencias digitales buscan historias en las que puedan reconocerse. Detrás de cada consejo doméstico o truco psicológico hay un anhelo de comprender por qué hacemos lo que hacemos. Así, los contenidos sobre hábitos aparentemente insignificantes se convierten en materia prima para la viralidad.

Y pocas cosas despiertan tanta conversación como descubrir que un gesto que creemos individual es, en realidad, universal. Algo así acaba de ocurrir con un vídeo que habla de una costumbre tan común como misteriosa.

Un resto en la taza.

El café forma parte indiscutible de la cultura española. Presente en la vida cotidiana de muchas personas, especialmente en el desayuno, se puede consumir también en cualquier otro momento del día. Y es que no se trata solo de una bebida, sino también de un componente social que acompaña reuniones, sobremesas y momentos de descanso.

Tomar café es un acto muy universal. Sin embargo, hay un detalle curioso que la mayoría de personas repiten una y otra vez, independientemente del país en el que se encuentren: dejar un pequeño resto en el fondo de la taza o del vaso. A lo largo del tiempo, este simple gesto se ha convertido en un fenómeno que pasa inadvertido entre la gente. En oficinas, cafeterías o casas, la escena se repite igual: una taza vacía, salvo por ese pequeño resto oscuro que se resiste a ser bebido.

Una farmacéutica en busca de respuestas.

Muchas personas consideran que no terminar el café y dejar siempre un pequeño rastro en la taza es un simple descuido o una especie de manía o costumbre. Sin embargo, pocos conocen que este hábito tan común esconde una explicación psicológica detrás. Una farmacéutica ha analizado este gesto tan habitual en muchas personas para tratar de descubrir por qué lo realizamos. En un vídeo publicado en su cuenta de TikTok (@infarmarte), Elena comparte con sus seguidores sus hallazgos.

«No soy capaz de acabarme el café, siempre dejo un pequeño rastro en el fondo de la taza», cuenta Elena al inicio del vídeo. Tal y como señala la farmacéutica, el hecho de no acabarse por completo la bebida no es porque «no tenga más sed o que no me guste», sino porque «no puedo tragarme lo último».

Lo que hay detrás del último sorbo.

La especialista confiesa que ella también es incapaz de beberse todo el café de la taza. «Al principio pensé que era una manía mía», señala, aunque «después de buscar mucha información» llegó a la conclusión de que este gesto «tiene base psicológica».

@infarmarte Me pasa con más bebidas #farmaceutica #curiosidades #cafe #psicologia ♬ sonido original – inFARMArte

Elena comparte las sensaciones que experimentan muchas personas cuando dejan los restos del café sin beber. «Hay algo en el fondo de la taza que me incomoda», asegura la farmacéutica, que desconocía si se trataba del «cambio de textura, de temperatura, de color» o incluso de «los sedimentos».

La especialista da la explicación detrás de este gesto tan común: «Estos residuos activan circuitos cerebrales que están relacionados con la aversión al asco, que es una emoción fundamental en la evolución humana para evitar enfermedades».

Una emoción ancestral.

La aversión al asco es esencial en la supervivencia humana. Y es que, tal y como explica Elena, se trata de una emoción «muy relacionada con el instinto de evitar contaminación, aunque no haya una amenaza real», como es el caso del café. Sin embargo, a la hora de terminar de tomar esta bebida, el cerebro «relaciona ese último sorbo con algo indeseable o contaminado», explica la farmacéutica. Por este motivo, el instinto de las personas invita a dejar los últimos restos y no bebérselos.

El vídeo ha provocado miles de reacciones y comentarios de usuarios que se han sentido identificados con esta sensación. Algunos admiten que nunca habían reflexionado sobre ello, mientras otros aseguran que ahora no podrán volver a mirar su taza de café de la misma manera. Lo que comenzó como una simple observación sobre una costumbre diaria se ha transformado en una conversación colectiva sobre los pequeños misterios del comportamiento humano.

La explicación de Elena ha conquistado TikTok y otras redes, generando un debate tan curioso como revelador. Y es que, una vez más, internet ha demostrado que los temas más cotidianos son los que más nos unen. Esta pequeña historia sobre un resto de café ha terminado convertida en una de las noticias más comentadas entre los internautas.