Encuentro en First Dates
Matías, un soltero catalán de 63 años, llegaba a ‘First Dates’ con una sonrisa y una actitud que irradiaba felicidad. “Quiero compartir esa alegría con una compañera de viaje”, enfatizaba, mostrando su deseo de encontrar a la mujer ideal. A pesar de sus experiencias pasadas no muy afortunadas, Matías se sentía preparado para conocer a su alma gemela, aunque tenía preferencias claras: “No quiero una mujer obesa. Tiene que ser femenina y con buenos pechos”, admitía sin tapujos.
Fina, por su parte, una mujer catalana de 64 años, había encontrado su esencia tras un divorcio transformador. “He superado muchos obstáculos, ansiedades, bloqueos, miedos y hoy por hoy sigo superándolos”, compartía con una mezcla de orgullo y esperanza. Con una actitud abierta a nuevas experiencias, aseguraba estar dispuesta a “probar todo”.
Primeras impresiones
La primera toma de contacto entre Matías y Fina fue, cuanto menos, interesante. Matías quedó encantado al instante, mientras que Fina se mostraba sorprendida ante la facilidad de Matías para halagar. “He visto unos ojos que transmiten una luz tan bonita que me han deslumbrado, le doy un 10,5”, decía él, claramente impresionado. “Tiene mucha labia”, concluía ella, aún procesando el torbellino de cumplidos.
Una cena con demasiados ‘elogios’
A medida que la noche avanzaba, los halagos de Matías no cesaban, y aunque se consideraba a sí mismo un buen conversador y humorista, Fina empezaba a sentirse abrumada. “Es un buen monologuista, es muy divertido, pero yo me he encontrado que me invadía demasiado”, explicaba.
Matías, por su parte, justificaba su comportamiento alegre: “Yo es que siempre tengo un chascarrillo porque soy de Andalucía, eso se lleva en los genes. Soy de esos de piropear y de hacer reír”.
Un Final predecible
Conforme la noche llegaba a su fin, la actitud de Matías no cambiaba, y sus constantes piropos comenzaban a ser demasiado para Fina. “Cupido ha tirado un flechazo muy bueno, no pensé que fuera a encontrar una mujer tan bonita”, insistía él.
Pero Fina no estaba convencida: “Lo he encontrado demasiado exagerado (…) He encontrado un monologuista, una persona que te hace reír pero no puedes estar todo el día riéndote. No es normal, le he visto sobreactuado”. Al final, sin sorpresas, Fina decidía no continuar con Matías, sintiendo que algo importante faltaba en la conexión entre ambos.