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Un soltero descarta a su cita en ‘First Dates’ pero le pide verse para ‘acostarse’ juntos, y la respuesta de ella no tiene precio

‘First Dates’ no deja de sorprender.

En el competitivo escenario de la televisión española, el programa ‘First Dates’ se ha erigido como un coloso del entretenimiento, un oasis romántico en el desierto de la programación habitual. Conducido por el inimitable Carlos Sobera, cuya maestría y carisma son tan fundamentales para el programa como el guión para una obra de teatro, ‘First Dates’ ha logrado algo que pocos programas pueden presumir: ha tocado el corazón de la nación, promoviendo incansablemente el amor en su forma más pura y espontánea.

Desde su lanzamiento, ‘First Dates’ ha brillado con luz propia en el firmamento televisivo, destacando entre la multitud de programas que luchan por captar la atención del público. Su éxito no se debe a la casualidad; es el resultado de una fórmula magistral que combina entretenimiento, emoción y, sobre todo, humanidad. Este espacio no es simplemente un lugar de encuentro para solteros en busca de pareja; es un microcosmos donde se exploran las profundidades del alma humana, donde cada episodio es un estudio sobre el amor en la era de la tecnología.

El secreto de su éxito radica en la habilidad del programa para navegar las aguas a menudo turbulentas del amor contemporáneo. Bajo la dirección de Carlos Sobera, ‘First Dates’ ha trascendido su formato original para convertirse en un emblema de la diversidad y la inclusión, educando y deleitando a su audiencia con lecciones sobre la vida, el amor y la búsqueda de la felicidad compartida.

Una cita para el recuerdo en ‘First Dates’.

El emblemático restaurante que ha capturado la atención de los televidentes reabrió anoche. Carlos Sobera, junto a su equipo, dio la bienvenida a los entusiastas solteros que acudieron al programa ‘First Dates’, con la esperanza de hallar el amor verdadero. Entre ellos, Natalia, una joven de 24 años en busca de un compañero que aporte emoción a su vida y que no sea excesivamente tranquilo.

Samir, su pareja asignada para la noche, de 30 años, pareció causarle una buena impresión inicial. La postura erguida de Natalia llamó la atención de Samir, quien descubrió que detrás de su porte se escondía el consejo materno de evitar la ‘joroba’. Por otro lado, la longitud del cabello de Samir cautivó a Natalia, quien no dudó en compararlo con Tarzán.

Samir, evaluando el aspecto físico, consideró que Natalia cumplía con todos los requisitos físicos esenciales que buscaba. Pero a medida que la velada avanzaba, las diferencias entre Natalia y Samir se hacían más evidentes que sus similitudes. Un punto de inflexión ocurrió cuando Natalia mostró su habilidad para mover la lengua, dejando a Samir desconcertado y crítico: “Cuando he visto eso, ¿qué quieres que piense? A esta chica le faltan dos neuronas”, dijo despectivamente.

Además, el comensal comentó que no le convenció la forma provocativa de vestir de su cita ni que bailara twerking, afirmando que no podría tener una relación estable con la joven, ya que él es más tradicional: “No la veo para una relación, sino para echar cuatro polv**”, sentenció.

Sorprendente final de cita

Pese a todo lo dicho anteriormente por Samir, al final parece que el físico de su acompañante le acabó decantando y terminó diciendo que sí querría una segunda cita con Natalia, contra todo pronóstico: “Me parece atractiva, simpática y sabe estar”. Aunque a Natalia no le pareció buena idea, ya que tampoco le gustó la personalidad de Samir y sí fue más consecuente con su forma de pensar: “No le veo esa chispa. Yo necesito a una persona que hable mucho y que sea activo. Lo veo un chico bastante solo. No es lo que yo buscaba”, afirmó la malagueña sobre su cita.

Ante lo cual le acabó diciendo al soltero: “Yo no tendría una segunda cita. Aunque me pareces un chico increíble. Eres supermajo y muy simpático”, le dijo la joven. Samir quiso acabar rebatiendo algo dicho por Natalia: “Majo’ no me mola, es mediocre. Di que soy un chico muy guapo”, acabó declarando.