Lo insólito del día a día en la hostelería.
El mundo de la hostelería, con sus múltiples facetas y matices, sigue asombrando y cautivando a todos, incluso a quienes llevan años inmersos en él. A medida que transcurren los días, los meses e incluso los años, este sector no deja de generar situaciones que van desde lo curioso hasta lo indignante.

Ya sea por la actitud desconsiderada de algunos clientes hacia los camareros, las reseñas que inundan plataformas como Google con valoraciones a veces exageradas, las experiencias únicas —y a menudo desafortunadas— de familias enteras al visitar un restaurante, o las acciones inesperadas de empleados hacia sus superiores, la hostelería está siempre en el centro de la polémica y la atención.
En el corazón de este hervidero de historias y controversias se encuentra Jesús Soriano, más conocido en el mundo digital como @SoyCamarero. Este hombre ha asumido la tarea de dar a conocer, y en muchos casos denunciar, las situaciones más sorprendentes y a menudo negativas que se viven en los bares y restaurantes de toda España. Su voz se ha convertido en un referente en las redes sociales, donde acumula una audiencia que no deja de crecer: 155.000 seguidores en ‘X’, 321.000 en Instagram y 264.000 en Facebook. Todos ellos siguen sus publicaciones, a menudo enviándole sus propias experiencias para que él las comparta con el mundo.
Un ticket que enciende el debate.
Recientemente, Soriano ha vuelto a captar la atención de su numerosa audiencia con una historia que ha generado un amplio debate. En esta ocasión, se trata de una fotografía en la que una joven sostiene un ticket que ha recibido tras una merienda en un bar. En el ticket, se detalla que la hora de la consumición es las 19:03, un dato que, en principio, parece irrelevante, pero que en este caso es solo el principio de una historia mucho más curiosa. Lo que realmente ha dejado a todos perplejos no ha sido el precio del café con leche (2,20 €) ni el de la cerveza (3,00 €), sino un cargo adicional de 15 céntimos por un concepto que ha desconcertado a más de uno: “tiempo”.
Confusiones pic.twitter.com/LrRdiWzfZO
— Soy Camarero (@soycamarero) August 17, 2024
La joven, claramente sorprendida, no ha dudado en expresar su indignación en redes sociales, lanzando una pregunta que muchos se han hecho al ver el ticket: “¿Nos han cobrado por nuestro tiempo invertido en su local?”. Y aunque su reacción es comprensible, la historia tiene un giro inesperado cuando Soriano, siempre atento a los detalles, le pregunta si había solicitado un vaso con hielo para su café. La respuesta afirmativa de la joven reveló el misterio: esos 15 céntimos adicionales correspondían al hielo, un cobro que, aunque inusual, no es del todo sorprendente en algunos bares españoles.
El café del tiempo y la controversia.
Este bar de Valencia, una ciudad que en los meses de verano se llena de turistas, no parece haber cometido un error. En ciertos locales de España, es común cobrar el hielo como un extra, aunque esta práctica no deja de generar controversia. En Valencia, de hecho, el término “café del tiempo” se utiliza para referirse al café con hielo, lo que podría justificar, en parte, el cobro. Sin embargo, la discusión no se ha hecho esperar. Mientras algunos defienden la postura del bar argumentando que “se cobra por lo que se consume”, otros lo consideran un abuso hacia el cliente, una estrategia poco ética que podría dañar la reputación del establecimiento.
Las reacciones a la publicación de Soriano han sido variadas y, en algunos casos, bastante intensas. Comentarios como “No se puede cobrar el concepto que te salga del moño si no está especificado en la carta y en la lista de precios” reflejan la indignación de quienes creen que el cobro es injusto. Otros, sin embargo, defienden la libertad del establecimiento para gestionar su negocio como mejor le parezca, con comentarios como “Cada uno lleva y contempla en su negocio como le parece”.
Y, por supuesto, no faltaron las opiniones más pragmáticas, como la de aquellos que sugirieron: “La gente sobresaltada porque cobran el hielo. Tráelo de tu casa”. Este caso, más allá del simple hecho de los 15 céntimos, ha puesto sobre la mesa un debate más amplio sobre la transparencia y la ética en la hostelería.