El tenso reencuentro de Fernando Tejero y David Broncano.
Fernando Tejero es uno de los actores más reconocidos del panorama televisivo español. Su papel en Aquí no hay quien viva le catapultó a la fama, consolidando su lugar en la comedia con La que se avecina. Sin embargo, más allá de su faceta interpretativa, Tejero también ha protagonizado momentos curiosos fuera de la ficción. Su reciente visita a La Revuelta se convirtió en el escenario perfecto para cerrar una herida abierta con David Broncano, derivada de una incómoda entrevista de hace años.
El actor llegó al programa con una tarta de cumpleaños, pero lo que realmente capturó la atención fue la conversación pendiente que tenía con el presentador. Sin rodeos, Tejero recordó su experiencia en La Resistencia, asegurando que no la disfrutó y que después, en una entrevista con Ibai Llanos, Broncano lo había calificado como uno de sus peores invitados. “Sinceramente no lo pasé muy bien y luego tú en otro programa dijiste esto”, espetó el actor, revelando bajo su camisa una camiseta con la frase: “Soy el peor invitado de Broncano” y un corazón roto.
El origen del desencuentro.
La afirmación no cayó en saco roto y, aunque en un principio Broncano intentó esquivar el asunto, terminó reconociendo sus palabras. Tejero, sin tapujos, le confesó que aquel comentario le dolió profundamente: “A mí me dolió eso muchísimo, te lo prometo”. Aunque el presentador trató de recordar sus palabras exactas, el actor no dejó que se zafara de la responsabilidad: “Luego lo arreglaste diciendo ‘no el peor, pero me defraudó porque me cae muy bien, pero no entró al trapo’”.
En tono distendido pero sincero, Broncano quiso entender qué pensó Tejero al escuchar su opinión. Sin dudarlo, el actor respondió entre risas: “Pues que qué hijo de la gran puta eres”. A pesar de la broma, también admitió que su reacción en aquella entrevista no había sido la mejor. “Me sentó muy mal”, confesó, reconociendo que en aquel momento no comprendía la dinámica del programa y eso le había descolocado.
Un reconocimiento mutuo.
Después de escuchar a su invitado, Broncano terminó cediendo: “Igual lo dije, bueno lo dije seguro. Me acuerdo de que lo dije”. A su vez, Tejero le hizo ver la gravedad de su comentario comparándolo con lo que habría supuesto que él dijera algo similar sobre su labor como comunicador. Broncano, por su parte, se excusó argumentando que la pregunta sobre los peores invitados es una de las más difíciles de responder.
El enfado de Fernando Tejero con Broncano.
Es que la etapa inicial de La Resistencia fue algo navajera. Pedimos disculpas a todas las víctimas, éramos muy jóvenes #LaRevuelta pic.twitter.com/G3O4GzSlLB
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El actor recordó con humor que, en aquella conversación con Ibai, el streamer no tardó en adivinar que se refería a él. “Lo dijiste muy serio, y encima Ibai dijo ‘yo sabía que era Fernando Tejero’…”, apuntó entre carcajadas. No obstante, también admitió que su reacción en la entrevista inicial no fue la más acertada: “A ver, yo la cagué, porque me preguntaste lo del dinero y yo no sabía que hacías esa pregunta y te dije ‘¿de verdad me estás preguntando eso?’… Me bloqueé, tío”.
Un final con beso.
Lejos de mantenerse en su postura, Broncano hizo autocrítica sobre su desempeño en aquella entrevista: “Antes me pasaba que si un invitado se ponía nervioso porque no entendía la movida, yo no sabía reconducir. Yo me disculpo, más que por decirlo, por no saber ese día empatizar contigo y reconducir la situación”. Aquella declaración marcó el punto de reconciliación definitiva entre ambos.
Bien merece la pelea si hay reconciliación. #LaRevuelta pic.twitter.com/SEXfpHmep6
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Finalmente, Tejero reconoció que su desconocimiento sobre el formato le hizo sentirse perdido en aquella ocasión. En un ambiente ya distendido, ambos cerraron el capítulo con un abrazo y con el público animando para que se besaran. Broncano, sin dudarlo, aceptó el reto y sorprendió a todos con un beso al actor. “Con Pablo Motos no me he besado, tampoco lo haría”, bromeó Tejero, dando así un cierre perfecto a un reencuentro que, aunque tardó en llegar, sirvió para enterrar cualquier rencilla del pasado.