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“¡Tierra, trágame!” Una soltera se horroriza al ver a su cita y le lanza pulla tras pulla en First Dates

Un encuentro inesperado en First Dates

“De cabeza tengo 20 años, es mi forma de ser, aunque sea mayor, mi mente la tengo joven”, con estas palabras María del Carmen se presentó en el programa de citas First Dates, manteniendo en secreto su edad. La participante compartió con Laura Boado su amor por el baile, una pasión que también fue parte importante de su vida con su difunto esposo: “Ahora soy profesora de baile, pero mi marido y yo fuimos campeones de Europa varias veces”, resaltó orgullosa.

María del Carmen rememoró los días en que ella y su esposo eran el centro de atención: “Nos llamaban de la televisión, de salas de fiestas y de discotecas para hacer actuaciones… Mi marido y yo hacíamos una pareja muy bonita, él era guapísimo, un Richard Gere: elegante, alto y delgado y bailaba de maravilla”. Estos recuerdos evidencian la estrecha relación que existía entre la pareja y su amor compartido por el baile.

La cita de María del Carmen fue Jesús, un jubilado de 70 años de Málaga con una entrada triunfal y una confesión sorprendente: “Yo nací para ser cura, pero cuando iba a entrar al seminario mi madre me dijo que no quería un mariquita en casa, sino un machote”. Al verlo, María del Carmen supo inmediatamente que Jesús no cumplía con sus expectativas y su reacción no pudo ser más negativa: “¡Tierra, trágame! Un señor con esas hechuras y con un jersey blanco… Yo quería un hombre elegante, delgado y que supiera bailar”.

Una mala primera impresión difícil de olvidar

A pesar de la decepción inicial, decidieron sentarse a la mesa para darse una oportunidad de cambiar esa primera impresión negativa. Jesús intentó halagar a María del Carmen, destacando la coincidencia de nombres en su vida: “Es una mujer simpática y agradable, pero es otra Carmen, ¿será mi destino? Mi madre, mi hija, mi ex…”, reflexionó.

Sin embargo, María del Carmen no veía nada positivo en su acompañante y no dudó en expresarlo: “Como ha trabajado toda su vida en una oficina, así está de ancho”, contaba de forma hiriente sobre su cita.

Un baile decisivo

En un intento por conectar, la pareja se aventuró a bailar una bachata en privado. La habilidad de María del Carmen contrastaba con los movimientos torpes de Jesús, lo que llevó a la comensal a una conclusión desalentadora: “El hombre no sabe ni dar un paso”.

Aunque Jesús sí estaba dispuesto a una segunda cita, María del Carmen tenía otros planes: “Quiero un señor para bailar y él no tiene las características que busco”.