“Tiene otra familia en…”: Raquel Mosquera ya no oculta la verdad sobre su marido, en prisión en Francia, y deja a todos sin aliento

Raquel Mosquera, una mujer de resistencia.

Conocida por su carácter fuerte y su sonrisa inquebrantable, Raquel Mosquera se convirtió hace años en uno de los rostros más populares de la televisión española. Peluquera de profesión y empresaria por vocación, su vida pública ha estado marcada por episodios de amor, pérdida y superación. Desde la muerte de su marido, Pedro Carrasco, hasta sus apariciones televisivas, Raquel ha sabido mantenerse fiel a sí misma, defendiendo su historia sin renunciar a su vulnerabilidad.

A lo largo de los años, Mosquera ha demostrado ser una mujer que no teme mostrarse humana. Ha hablado abiertamente sobre su salud mental, sus altibajos y la fortaleza con la que afronta cada nueva tormenta mediática. Esa franqueza, sin filtros ni artificios, es precisamente lo que le ha valido el cariño de una parte del público y las críticas de otra.

Hoy, una nueva sacudida vuelve a situarla en el ojo del huracán. Su marido, Isi, se encuentra en prisión en Francia, una situación delicada que ha derivado en la aparición de comentarios y testimonios que complican aún más su momento personal.

Las acusaciones que reabren viejas heridas.

En las últimas horas, la historia ha tomado un rumbo inesperado. Mara de Castro, conocida enemiga del matrimonio, ha hablado en el programa “El tiempo justo” para lanzar graves señalamientos: “Isi tiene su familia en su país también. Isi es infiel, ha sido infiel a Raquel. Y estás con una mujer española aquí teniendo tu familia ahí. La misma Raquel lo tapa”. Las declaraciones han resonado con fuerza, avivando viejos fantasmas y poniendo a prueba, una vez más, la entereza de Mosquera.

Fiel a su costumbre de no callar ante lo que considera una injusticia, la peluquera ha respondido con contundencia. Dolida y enfadada, quiso aclarar la situación y, sobre todo, proteger a su familia. “Mi hijo Romeo me preguntó hoy cómo es eso de que su padre tiene otra familia en Nigeria. ¡Una innombrable, impresentable y sinvergüenza que no conozco de nada se quiere subir al carro! Le permitieron que dijera todo tipo de barbaridades sin demostrar nada. La persona que acusa o inventa algo de alguien tiene que demostrarlo”, expresó con indignación.

No es la primera vez que ambas mujeres se enfrentan. Mara de Castro ya había intentado, en el pasado, poner en duda la estabilidad sentimental de Raquel. “Quiere ganar dinerito a costa de personas como yo”, declaró la empresaria, cansada de verse envuelta en polémicas ajenas.

La maternidad como frontera infranqueable.

Lo que más ha herido a Raquel no son las insinuaciones en sí, sino el daño que han provocado en su hijo pequeño. “No suelo contestar a estos temas, pero por mis hijos mato. Soy sensible, sí, pero con un par de ovarios bien grandes. Es absolutamente mentira todo lo que dice”, zanja Mosquera, mostrando su lado más combativo y maternal.

Raquel sostiene con firmeza que su marido nunca le ha sido desleal. Reconoce que Isi tuvo una vida anterior y que de esas relaciones nacieron hijos con los que mantiene un vínculo estrecho: “Estuvo casado por lo civil con otra española, con quien tiene una hija de la edad de mi hija Raquel. La conozco desde los siete años: ha pasado vacaciones en mi chalet desde pequeñita, junto a mi hija, conociendo yo a la madre, a la abuela, etc. También tuvo otra pareja antes que yo, con la que no estaba casado y con quien tuvo un hijo. Ese niño se lleva muy bien con su hermano, nuestro hijo Romeo”.

“Prácticamente pasan juntos el verano y todos los fines de semana. Yo misma me encargo de que eso sea así: los recojo personalmente para que sigan manteniendo su unión. Los dos son guapísimos y buenísimos”. Con esa explicación, Mosquera intenta desactivar los rumores y mostrar una realidad más cotidiana y afectiva, muy distinta a la que se ha querido pintar.

Una defensa a corazón abierto.

Además, asegura que no existe posibilidad alguna de que Isi mantenga una familia en Nigeria. “Mi marido, desde que salió de Nigeria hace más de 30 años, no volvió hasta hace 14, cuando murió su madre. Precisamente fue con su exmujer y su hija pequeña, pero no llegaron a tiempo. No volvió de nuevo hasta hace dos años, cuando viajó conmigo, su mujer -yo, Raquel Mosquera-, y nuestros hijos Raquel, Romeo y su otro hijo. Fuimos a conocer a su familia, ya que el año pasado nos casamos y queríamos invitarlos a la boda”.

Raquel defiende a su pareja con la fuerza de quien se siente juzgada injustamente, pero también con la fragilidad de quien ha vivido demasiadas batallas públicas. En su relato se cuela una advertencia que resuena como un grito de auxilio: “Cuando una persona rompe, estalla, y su salud mental se va al traste hasta acabar en un hospital, después vienen los ‘ay, qué pena…’”.

Las palabras dejan entrever un cansancio acumulado, fruto de los años de exposición y del peso emocional que conlleva tener que justificar cada paso de su vida. El conflicto ha corrido como la pólvora en redes sociales, donde cientos de usuarios han comentado la entrevista y la respuesta de Mosquera. Algunos le muestran su apoyo incondicional; otros ponen en duda su versión, y no faltan quienes critican la manera en que los programas televisivos explotan el dolor ajeno. Sea como sea, Raquel vuelve a ser tendencia, y su historia —entre la defensa, la rabia y la ternura— ha vuelto a dividir a los espectadores.

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