No todos los superhéroes llevan capa, llevan un brillante escudo o se convierten en una masa de músculos verdes cuando le tocas las narices. Como ocurre en la historia que os vamos a contar, a veces tener un impacto en la vida de la gente es mucho más fácil que todo eso.
El caso del neozelandés Benjamin Lloyd así lo demuestra. El joven es un famoso artista del tatuaje en su país, pero un día empezó a aprovechar su talento para ayudar a los demás. Y todo empezó con una apuesta…
Lloyd lleva años tatuando con un aerógrafo y tinta orgánica, una técnica ideal para niños. Mediante su perfil de Facebook lanzó un reto que se le fue de las manos. Colgó una foto de una de sus creaciones a un chaval y prometió que si el post llegaba a los 50 “me gusta” iría al hospital a tatuar a todos los niños que lo quisieran. No sólo alcanzó esa cifra, sino que su iniciativa gustó a más de 450.000 personas. Una repercusión que no se esperaba.
El artista comentaba hace unos días en su página de Facebook que “nada me alegra más que aportarles más confianza a los niños con un tatuaje que elijan“, escribió Benjamin para mostrar que estaba encantado con la apuesta. Bravo por él.
La iniciativa ha prosperado y el artista se ha convertido en toda una celebridad. Benjamin ha recibido multitud de solicitudes y en los próximos días empezará a pintar a los pacientes del Hospital infantil de Auckland.
¿Qué os parece su iniciativa?
Hablando de héroes sin capa, os traemos también la historia de un médico que se llevó a esta chica a una casa tras operarla… y un año después, sus padres no pueden creerlo.