Soltero de ‘First Dates’ deja perpleja a su cita con la razón de su rechazo: “Es uno de mis mayores traumas”

‘First Dates’ no deja de sorprender.

Miguel sueña con el séptimo arte y, aunque su pasión principal es la cinematografía, también ha incursionado en la escritura de cortometrajes y tiene una fascinación especial por la iluminación. Actualmente, estudia realización audiovisual y ha realizado algunos trabajos como fotógrafo, lo que le ha permitido explorar diferentes facetas del mundo visual. En el ámbito sentimental, Miguel no ha tenido muchas relaciones, pero anhela que su cita en ‘First Dates’ sea una joven llena de vitalidad y ambiciones, una persona “que no sea una planta”, según sus propias palabras.

Candela, su cita, es una mujer llena de energía y dinamismo, tanto que estar con ella se siente como participar en una entrevista constante. Al encontrarse con Miguel, no vio en él a su tipo de chico ideal, pero rápidamente comenzaron a conversar sobre cine, una pasión común.

Mientras Miguel siente una fuerte afinidad por el cine español, Candela prefiere el cine francés y las producciones de bajo presupuesto. Originaria de Huelva, pero residente en Madrid, Candela estudia Derecho y Ciencias Políticas. A pesar de que Miguel no encaja en su descripción del hombre perfecto, que según ella debe ser “morenos, tatuados, que parezca que no tienen ni la ESO”, la conversación fluye con naturalidad.

Busca a su “Pataki”.

Durante la cita, Miguel se interesó por la motivación de Candela cada mañana, a lo que ella respondió que hace una lista de diez cosas positivas diariamente, lo que le ayuda a mantener una actitud optimista y evitar las quejas. A pesar de su entusiasmo por sus estudios, Candela admite no asistir regularmente a clase, prefiriendo pasar su tiempo libre en el gimnasio. Miguel se sintió atraído por su dedicación al ejercicio físico, aunque se sorprendió de que Candela pudiera realizar deporte con uñas tan largas. Además, comentó que Candela no encajaba en el estereotipo de chica rubia que le gusta, refiriéndose a ella como “mi Pataki”.

Candela reveló que su amor por el cine le viene de su madre y que, aunque no ve muchas series, su favorita es una protagonizada por Al Pacino. Por su parte, Miguel, aunque le encanta el cine, lleva una vida tan ocupada que apenas tiene tiempo para disfrutarlo, algo que no agradó a Candela, ya que ella valora que le dediquen tiempo y atención, algo que percibió como escaso en Miguel.

En un momento de la cita, Candela quiso saber si Miguel había tenido relaciones largas, a lo que él respondió negativamente. Ella compartió su experiencia con un exnovio animalista que “pensaba que había pocos ciervos en el mundo y me convirtió a mí en uno más”. Además, Candela quiso conocer el lenguaje del amor de Miguel, quien admitió no estar seguro pero mencionó sentirse feliz al dar abrazos a su entrenadora, a su abuela, y al dejar mensajes de ánimo a sus compañeras de trabajo. Aunque esto le pareció bien a Candela, ella confesó preferir a alguien que no le diera estabilidad emocional.

La razón de su rechazo y la impagable reacción de Candela.

La cita entre Candela y Miguel se convirtió en un ejercicio de encontrar diferencias. Uno de los temas en los que discreparon fue en el gusto por las fiestas: a Miguel no le gusta salir de fiesta, algo que sorprendió a Candela, quien se asombró al saber que él nunca había visitado el sur de España. Antes de finalizar la cita, siguiendo un consejo de Candela, Miguel preguntó al camarero Matías sobre el secreto de su melena, a lo que Matías respondió que le tomó tres años conseguir su impresionante cabellera, animando a Miguel a intentarlo, “ya has pasado lo peor, aguanta que mola”.

En el momento de la decisión final, Candela le expresó a Miguel que aunque le había caído genial, no sentía una conexión de pareja y percibía que él no tenía tiempo ni para respirar. Miguel estuvo de acuerdo y añadió que a él le gustaban las chicas rubias. Candela, con una sonrisa, confesó que su trauma era no ser rubia, lo que hizo que ambos se rieran juntos, cerrando la cita con buen humor y una conexión amistosa, aunque no romántica.

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