“Solo vamos a comer…” Reservan una mesa para 10, y cuando les va a atender el camarero se produce el esperpento

Por qué nos enganchan las historias sobre restaurantes.

Pocas cosas despiertan tantas pasiones en redes sociales como las anécdotas que ocurren entre mesas, cocinas y camareros. Ya sea una cena de ensueño o una situación absurda, los relatos sobre hostelería generan identificación inmediata: todos hemos estado al otro lado de la barra. En una época donde el trato y el respeto parecen en debate constante, estas historias nos ofrecen una mezcla de sorpresa, indignación y humor.

El último ejemplo viral viene de la mano de @soyfelber, usuario de TikTok y propietario de un restaurante, que no daba crédito a lo que vivió con un grupo de clientes. Con dos décadas de experiencia en el sector, afirma que jamás había presenciado algo tan surrealista. “He vivido muchísimas situaciones distintas, de todo tipo, pero lo que me ha pasado hoy en el bar no me había pasado jamás…”, comienza diciendo con visible desconcierto.

Todo comenzó con una llamada para reservar mesa para diez personas a las tres de la tarde. El grupo llegó con retraso, pero sin mayor problema. Se sentaron, les ofrecieron el menú, y entonces vino la sorpresa: “No, perdona, que solamente vamos a comer 7 porque los otros tres se traen su comida de casa”, relatan que dijeron sin atisbo de vergüenza.

Lo que no se debe hacer en un restaurante.

Y no era cualquier comida casera. “De casa no, del Mercadona, que está ahí al lado del bar. Se han cogido unas ensaladitas…”, explica aún perplejo el restaurador. Tres de los comensales sacaron su compra del supermercado y comenzaron a comer en el local, como si fuera un picnic improvisado. Lo que para ellos parecía natural, para el equipo del restaurante rozaba lo surrealista.

Ante la escena, el padre de @soyfelber optó por la vía diplomática: “Da igual, no les vamos a decir nada…”. Pero el propietario no podía evitar preguntarse hasta qué punto ha llegado la desfachatez de algunos clientes. En otras ocasiones, cuenta, han permitido excepciones por motivos de salud o intolerancias, pero aquello no tenía justificación.

@soyfelberStorytime de clientes con mucha cara jeje

♬ Cute prank, mysterious fantasy(1495495) – SoLaTiDo

El colmo llegó cuando se dieron cuenta de que los tres comensales tampoco querían consumir bebidas. Nada. Ni agua. “Y encima no querían consumir bebida. No querían ni comer ni beber. La gente cada vez tiene más cara”, zanja el vídeo, que ha provocado miles de reacciones.

La hostelería como espejo social.

Este tipo de situaciones no solo provocan asombro, también sirven como termómetro de los tiempos. La hospitalidad exige respeto mutuo, y episodios como este despiertan una conversación más amplia sobre modales, educación y sentido común. No es solo una cuestión de normas: es el impacto emocional de quienes trabajan para dar buen servicio y reciben actitudes que rozan lo absurdo.

El vídeo se ha hecho viral, probablemente porque resume, en pocos minutos, la frustración de muchos profesionales del sector. Y también porque, entre risas y enfado, revela una verdad incómoda: hay quienes aún no comprenden que un restaurante no es un comedor libre para quien no quiere pagar. Quizá por eso, estas historias nos atrapan tanto. Nos muestran lo mejor —y lo peor— de nosotros mismos.

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