El calvario judicial de Anabel Pantoja.
Anabel Pantoja es un rostro conocido dentro del mundo del entretenimiento en España. La sobrina de Isabel Pantoja ha construido su propia identidad mediática a través de la televisión y las redes sociales, donde comparte su día a día con miles de seguidores. Por su parte, David Rodríguez, su pareja, ha mantenido un perfil más discreto, pero ambos han sido protagonistas involuntarios de una situación que los ha llevado al centro de la polémica.

El 31 de enero, Anabel rompió su silencio con un vídeo desgarrador desde su casa en Gran Canaria. La imagen era impactante: ojerosa, visiblemente afectada y con un tono de tristeza en su voz, se enfrentaba a uno de los momentos más duros de su vida. Con estas palabras, quiso responder a los rumores sobre la investigación por presunto maltrato infantil tras la hospitalización de su hija el pasado 10 de enero. A la angustia de ver a su pequeña ingresada casi veinte días, se sumaba ahora un proceso judicial que podría extenderse por al menos seis meses.
Un proceso que se alarga.
“Esto es una pesadilla pero confiamos en la justicia”, afirmaba Anabel en su mensaje. Aunque la bebé ya había recibido el alta, el calvario legal para la pareja apenas comenzaba. Durante los próximos meses, médicos, asistentes sociales y testigos serán llamados a declarar para esclarecer los hechos. Pasado este periodo, el juez decidirá si archiva el caso o si, por el contrario, da inicio a un proceso formal contra los padres.

El origen de esta situación se remonta al 9 de enero, cuando la pequeña sufrió un problema de salud que sus padres calificaron como “un episodio, una crisis puntual”. Ante la preocupación, decidieron llevarla al hospital, donde quedó ingresada para observación. La incertidumbre y el miedo marcaron los días siguientes, pero el 20 de enero, Anabel compartió una noticia alentadora: “Mi hija está bien. Ahora seguimos adelante, subiendo un escalón más en este camino. Nuestro mayor deseo es que este mal sueño pase pronto y podamos regresar a casa con nuestra hija”.
Un alta esperada pero un proceso abierto.
El 24 de enero, la bebé salió de la UCI y fue trasladada a planta, y finalmente, tres días después, recibió el alta hospitalaria. La felicidad de la familia fue inmensa, pero lo que pocos sabían es que, el mismo día en que su hija regresaba a casa, Anabel y David habían tenido que declarar ante el juez.

El detonante de la investigación había sido un parte de lesiones emitido por el Hospital Materno Infantil, respaldado posteriormente por un informe forense. La situación se volvió aún más delicada cuando, el 21 de enero, se abrieron diligencias previas contra la pareja. El 27 de enero, ambos acudieron al juzgado en calidad de investigados por un posible delito de lesiones imprudentes. En sus declaraciones, defendieron su inocencia y negaron haber causado daño alguno a su hija.
Declaraciones entre lágrimas.
Con la voz rota, Anabel explicó cómo vivió ese momento ante el juez: “Estuvimos contando nuestra versión, la única verdad, sin defendernos de nada porque lo único que hemos hecho es amar, cuidar, intentar salvar y proteger todo lo que tenga que ver con mi hija. Espero que entendáis el dolor que estamos pasando, muchos padres nos han dicho que han pasado por este mismo bache, esta situación injusta”.

Esa misma noche, tras una jornada de gran tensión, Anabel compartió el mensaje que todos esperaban: “Acabamos de llegar a casa con nuestra pequeña. Ahora nos toca volver a vivir, porque hace 18 días volvimos a nacer los tres”. La batalla judicial sigue abierta, pero la prioridad de la pareja es recuperar la tranquilidad en su hogar y demostrar su inocencia.