El crimen que conmociona a Badajoz.
El brutal asesinato de una educadora social de 35 años ha sacudido a la comunidad de Badajoz. La víctima fue golpeada y asfixiada el domingo por la noche en una vivienda tutelada de la Junta de Extremadura. La investigación, en manos de la Policía Nacional, señala como principales sospechosos a tres menores que residían en la casa, ubicada en la urbanización Guadiana.

Horas después del hallazgo del cuerpo, la Delegación del Gobierno en Extremadura confirmó la detención de los tres presuntos responsables. Se trata de dos chicos de 14 y 15 años y una joven de 17, todos ellos tutelados por la Junta. Tras declarar ante un juez, se decretó su internamiento en régimen cerrado como medida cautelar mientras avanzan las investigaciones sobre el crimen.
Un testigo clave en la investigación.
Según fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura, la joven de 17 años podría haber colaborado en la huida de los otros dos sospechosos. Un cuarto menor, que también vivía en la casa, habría alertado a otro educador social sobre una fuerte discusión en la vivienda. Esta llamada permitió que la Policía acudiera rápidamente al lugar de los hechos, aunque ya era demasiado tarde para la víctima.

En la vivienda tutelada residían cuatro menores bajo la supervisión de la educadora fallecida, quien se encontraba en plena jornada laboral cuando ocurrió el crimen. Horas después del suceso, los tres menores sospechosos sufrieron un accidente de tráfico cerca de Torremayor, a unos 15 kilómetros de Mérida, donde finalmente fueron detenidos.
Una fuga frustrada y un crimen atroz.
Los detenidos habían robado el coche de la víctima en un intento de huida. Tras el accidente, pidieron ayuda a un conductor que los recogió mientras intentaban continuar su escape. La Guardia Civil localizó el vehículo abandonado, pero los menores ya no se encontraban en la zona, lo que retrasó su captura por unas horas.
La víctima, María Belén Cortés Flor, era natural de Castuera y ejercía como monitora en la vivienda tutelada. Su labor consistía en acompañar a menores que cumplían medidas judiciales en este régimen. En la casa se encontraban cuatro jóvenes, entre ellos los fugados recientemente durante los Carnavales de Badajoz y que habían sido localizados días antes en Villafranca.
Las incógnitas que quedan por resolver.
«Según ha podido saber ‘Hoy’, y a falta de los datos de la autopsia, el crimen sucedió el domingo a última hora. La Policía Nacional recibió una llamada pasadas las once de la noche. Dio la voz de la alarma un educador social que trabaja en otro piso tutelado y que avisó del peligro». Cuando los agentes llegaron a la vivienda, encontraron el cuerpo de la educadora con signos de golpes y asfixia. La autopsia determinará las causas exactas de su muerte.
Los tres menores sospechosos fueron detenidos en Mérida y trasladados a Badajoz, donde deben comparecer ante el Juzgado de Menores. Dado que son menores de edad, los trámites legales se están acelerando para esclarecer lo ocurrido y determinar su grado de implicación en el asesinato.
Dolor y consternación en la comunidad.
La investigación sigue en manos de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Badajoz, que trabaja en el análisis de pruebas y testimonios para completar el informe que será presentado a la justicia. Desde la Junta de Extremadura han expresado su «profundo pesar» por la muerte de la educadora y han asegurado su total disposición a colaborar con la investigación.
El impacto del crimen ha llegado hasta Castuera, localidad natal de la víctima, donde su alcalde, Francisco Martos, expresó su desolación: «Belén era una persona entregada, vocacional, que trabajaba haciendo el bien… Sólo puedo transmitir amargura, desolación, incredulidad, porque le han destrozado la vida a una buena profesional, a una familia, a todo un pueblo». En la mañana del lunes, la localidad se congregó en un minuto de silencio en su memoria, reflejando el dolor y la indignación por una pérdida irreparable.