La ironía ante un problema que se prolonga.
En Valladolid, un hostelero ha decidido alzar su voz de protesta ante una situación que, desde hace más de un año, afecta a su negocio. Ubicado en la céntrica calle Dos de Mayo, su bar se ha visto asediado por un andamio que le bloquea la entrada, un obstáculo inesperado que ha alterado la vida cotidiana de su local y que parece no tener fin.

Ante la impotencia de ver cómo las promesas de retirarlo se diluyen en el tiempo, el dueño del establecimiento ha recurrido al humor como su principal arma de protesta. Su estrategia ha sido colocar dos pizarras de gran tamaño justo debajo de la estructura metálica que lo aqueja, utilizando estas tablas como lienzo para expresar, con fina ironía, el hastío que le genera esta situación.
El ingenio como escudo: cuando la paciencia se agota.
En una de estas pizarras, se puede leer el mensaje: «Este andamio ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad». Con una mezcla de sarcasmo y resignación, el hostelero sugiere que el andamio se ha convertido en una parte tan permanente del paisaje que bien podría recibir un reconocimiento oficial. Sin embargo, es la segunda pizarra la que refleja un descontento aún más profundo: «Bar Dos de Mayo. DEP. La Torre Eiffel tardó en construirse 795 días, este andamio lleva ya 449 días. A por ello».
Con esta frase, el dueño no solo denuncia la demora, sino que establece un paralelismo histórico que pone en evidencia lo absurdo de la situación. La publicación de estos mensajes, llena de mordacidad, ha captado rápidamente la atención de la comunidad vallisoletana, e incluso ha llegado a los medios locales, quienes no han tardado en hacer eco de este peculiar método de queja.
Reacciones que reflejan un sentir común.
Las redes sociales, por supuesto, no han sido ajenas a esta curiosa protesta, donde se han podido leer comentarios como: «La retranca castellana nunca falla…», un reconocimiento al inconfundible sentido del humor de la región. Otros usuarios han mostrado empatía con frases como «Y tiene toda la razón», o un simple «pobre hombre», que reflejan la solidaridad de quienes comprenden el desgaste que provoca una situación así.
Hay un hostelero enfadado en Valladolid ???? pic.twitter.com/aC7fpaJku8
— Yustin (@yustin) August 20, 2024
Entre bromas y lamentos, la frase «Quién dice que no tenemos guasa» también se ha repetido en varias ocasiones, resaltando el ingenio con el que el hostelero ha decidido enfrentar su problema. Sin embargo, no todo es risa, ya que muchos han señalado lo injusto de la situación con comentarios como «Enfadado pero con gracia» o «Normal, iban a ser 6 meses y lleva más de un año…». Estos mensajes revelan la indignación de una comunidad que, aunque se ríe para no llorar, no deja de percibir la gravedad del problema.