Polémica con la reacción de un bar tras lo que hicieron unas clientas: “¿Es un merendero mi curro?”

Una historia inusual en un bar acaba haciéndose viral

La propietaria de un bar ha compartido en X, anteriormente conocido como Twitter, una experiencia inusual con un grupo de cinco mujeres que visitaron su establecimiento. Según su relato, cuatro de ellas pidieron bebidas y consumieron en el bar, mientras que la quinta trajo su propia comida y una botella de agua sin solicitar permiso.

La dueña del bar decidió no decir nada debido a que era una hora tranquila. “Ayer vinieron 5 chicas a tomar algo, consumieron 4, la 5 se trajo su comida y su botella de agua, ni pidió permiso, debe ser un merendero ahora mi curro y no me he enterado, el caso es que no la dije nada, era una hora tranquila”, escribió en su primer mensaje.

Una petición inesperada

Sin embargo, la situación no terminó ahí. Cuando el grupo de mujeres se marchaba, la mujer que había traído su propia comida le pidió a la dueña que tirara los restos de su comida a la basura. “Cuando se iban me trae la bolsa con el envase y demás de lo que había comido y me dijo si podía dármelo para que lo tirara a la basura”, explicó la propietaria.

La respuesta de la dueña del bar fue negativa: “Es que flipo, entras a mi bar, no saludas, no pides ni permiso, comes y bebes de fuera y encima que te lo tire”.

Reacciones en las redes sociales

La publicación de la dueña del bar generó una oleada de comentarios en X. La mayoría de las respuestas apoyaban su postura, aunque hubo excepciones. Por ejemplo, una persona mencionó que su hijo tiene un trastorno alimenticio y, por esta razón, necesita llevar su propia comida a los establecimientos. “Mi hijo tiene un trastorno alimenticio y salvo contadas ocasiones, tengo que llevarle su comida. Mi costumbre nada más que piso el establecimiento es preguntar si podemos sentarnos y darle a él su tupper. Hay sitios que me lo permiten y otros que no, pero yo siempre pregunto”, comentó en la red social.

Comprensión y flexibilidad

En respuesta a este comentario, la dueña del bar expresó que en situaciones como esa no tendría problema en permitir que un niño consuma su propia comida en su establecimiento. Este intercambio en X destaca la importancia de la comunicación y el respeto mutuo entre los clientes y los propietarios de negocios, y cómo situaciones particulares pueden ser entendidas y gestionadas de manera adecuada con un simple diálogo.

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