Mariaje da una de las más duras opiniones escuchadas en ‘First Dates’ sobre su cita: “Está muerto en vida”

Una cita que no fue lo que esperaban

No siempre encontrar cierta conexión con la persona que te asignan en una cita a ciegas es garantía de éxito, al menos no en el programa First Dates. Lo ha vivido en primera persona Mariaje, una jubilada de 77 años originaria de Donosti, que participó en el conocido espacio televisivo. Aunque no logró encontrar al amor de su vida, sí se llevó un nuevo amigo… y eso a pesar de no habérselo puesto fácil durante la velada.

A medida que avanzaba la cena, Mariaje fue dejando ver su lado más emocional. Al final, comprendió que, más allá de la apariencia o el ritmo de vida, lo que realmente necesitaba su cita era afecto y un buen abrazo.

Románticos de corazón

Mariaje se define como una mujer incansable: “Me gusta ir al cine, al teatro, a pasear, la naturaleza… Todo”, confesó durante la cita. Lleva seis años soltera, pero conserva intacta su fe en el amor, como si aún tuviera quince. Su acompañante esa noche fue Luis, un empresario retirado de 86 años procedente de Salamanca, de alma sensible y espíritu nostálgico.

Luis se emociona con facilidad: desde escenas de reencuentros familiares hasta simples gestos de ternura entre humanos y animales. Al igual que Mariaje, cree en el romanticismo. Sin embargo, el flechazo no llegó. “Físicamente, no es la mujer que yo busco. Me gustan un poquito más atractivas”, reconoció a cámara.

Diferencias que pesan

Luis parecía más cautivado por la presentadora, Laura Boado, que por su propia cita. Y es que entre ambos la química fue prácticamente nula. Sus personalidades, completamente opuestas, no ayudaron. Mariaje es pura energía: hace pilates, baila los domingos y se apunta a cualquier plan que implique movimiento y compañía.

Luis, por el contrario, prefiere los planes tranquilos en casa: “Me gusta leer, escuchar música y la tranquilidad de casa. Ando en una cinta andadora en casa y me he comprado en Alemania una cosa para darme un masaje en las piernas”, le contó con entusiasmo.

Una vida demasiado pausada

Estas declaraciones no tardaron en despertar las críticas de Mariaje, quien lo calificó como demasiado casero para su ritmo de vida. Luis, además, le compartió lo mucho que disfruta con las labores domésticas y cómo le apasiona estar al día con los últimos electrodomésticos: desde freidoras de aire hasta hornos para hacer pan.

El punto de quiebre llegó cuando mencionó su rutina de sobremesa: tomarse un café al sol y luego sentarse en el sofá. Mariaje no pudo evitar lanzarle un juicio demoledor: “Creo que Luis está muerto en vida y eso es lo peor. Esa es su vida, un poco vacía”.

Del rechazo a la comprensión

A pesar de su dureza, algo hizo clic en Mariaje. En un momento de la cena, le lanzó una pregunta directa: “¿Has tenido falta de cariño?”. Luis, con honestidad, admitió que sí, que echa de menos el afecto en su día a día. Esa sinceridad pareció cambiar un poco la percepción de la soltera.

Sin embargo, el desenlace ya estaba decidido. Mientras que Luis expresó con seguridad que sí quería repetir y seguir conociéndola, Mariaje optó por un no rotundo. Él, sorprendido, quedó descolocado, aunque no perdió la ternura del gesto final.

Un cierre entrañable

Mientras ella explicaba sus razones, Luis le dio un par de besos en la mejilla. Fue un gesto espontáneo, una mezcla de decepción y necesidad de contacto humano. A pesar de las diferencias y el rechazo, el abrazo con el que se despidieron fue cálido y sincero.

No hubo historia de amor, pero sí el inicio de una amistad especial. En First Dates, no siempre gana el amor romántico, pero a veces, el cariño basta.

Salir de la versión móvil