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Le cobran 183 euros en un bar y le escribe al dueño en el ticket algo más que un desahogo

Un mensaje que ha arrasado en las redes.

En el intrincado ballet de la gastronomía, donde cada plato danza entre la cocina y la mesa, hay un acto final que puede desencadenar una ovación o una rechifla: la presentación de la cuenta. Este momento, cargado de expectativas y a veces de sorpresas, se convierte en un delicado pas de deux entre el cliente y el establecimiento.

No es raro que los comensales, absortos en la experiencia culinaria, pasen por alto los precios del menú, lo que puede llevar a un desenlace inesperado al final de la velada. Cuando llega el momento de saldar la cuenta, los clientes se enfrentan a la realidad de los números.

A menos que un error del personal haya inflado inadvertidamente el total, las opciones de los consumidores son limitadas. Sin embargo, la voz del cliente no queda silenciada, y en ocasiones, se alza en un tono inusualmente creativo. Tal fue el caso en un bar reciente, donde un cliente, tras ser presentado con una factura de 183,60 euros, decidió plasmar su descontento de manera inequívoca en el recibo.

Reacciones en la red y respuesta del propietario.

La escena se viralizó cuando la cuenta de la red social X, @BarDePueblo1, compartió la imagen del ticket con un mensaje que rezaba: “Qué bonito cuando un cliente te deja unas palabras de agradecimiento después de pagar”. El ticket, adornado con la caligrafía de un bolígrafo rojo, exhibía un mensaje contundente: “Tú eres un…”.

La comunidad virtual no tardó en especular sobre las razones de tal desplante. Entre los comentarios, se sugirió que el enfado podría haberse evitado si el propietario hubiera tenido el detalle de obsequiar los cafés, considerando el importe considerable de la cuenta. Otros se sorprendieron ante el hecho de que dos copas de licor tuvieran un precio tan módico como cinco euros.

El propietario del establecimiento, conocido por su peculiar sentido del humor en las redes, no perdió la oportunidad de aclarar la situación con un toque de ironía: “Eran dos de whisky solo con hielo, poco más de un chupito. Me ha insultado por algo”. En este intercambio de golpes verbales, el mundo digital se convierte en un escenario donde cada actor juega su papel, y el drama del día a día se convierte en una anécdota más para compartir.