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Las pruebas que relacionan la desaparición de Sandra Bermejo en el cabo Peñas con colectivos esotéricos

La desaparición de Sandra Bermejo despierta cada día mayor preocupación.

Desde que Sandra Bermejo, psicóloga madrileña de 32 años, se desplazara el 8 de noviembre desde Gijón hasta Cabo de Peñas, donde encontraron su coche aparcado y sus pertenencias en el interior de este, nadie ha vuelto a saber nada de ella. Su familia vive una situación angustiosa, ya que se barajan varias hipótesis.

En cualquier caso, tras un mes, no se ha concretado ninguna de ellas. Queda descartada la del suicidio, y casi ocurre lo mismo con la del accidente, al no haber ningún indicio. Por lo tanto, la desaparición forzosa cobra fuerza, pero no tampoco hay evidencias.

Algunos han pedido investigar sus redes sociales, algo que podría resultar clave, ya que la joven mantuvo vínculo con comunidades esotéricas. De hecho, da la casualidad de que el día de la desaparición, el 8 de noviembre, tuvo lugar el fenómeno de la Luna de Sangre.

Este momento lo aprovechan muchos de estos grupos, principalmente relacionados con las energías y el signo zodiacal, para realizar rituales en los que se utilizan, en algunas ocasiones, bebidas de origen indígena como puede ser la ayahuasca, una medicina tradicional utilizada habitualmente por los chamanes que, a veces, pueden provocar efectos alucinógenos.

La Policía maneja que Sandra pudiera quedar con grupos esotéricos.

Según ha explicado en Informativos Telecinco Juan Manuel Medina, abogado de SOS Desaparecidos que se ha personado en la causa en nombre de la familia, no hay constancia ninguna de que en la noche del 8 al 9 de noviembre se celebrara en aquella zona algún tipo de ritual. El letrado quiere subrayar que estos grupos esotéricos no son violentos, y no tienen nada que ver con las sectas.

Los grupos esotéricos con los que se relacionó Sandra se basan en el conocimiento más allá del universo y de la persona. Hablan de un enriquecimiento personal y emocional, mientras que las sectas son grupos en los que hay un líder que se cree Dios y al que veneran todos sus miembros, le guardan fidelidad y se apartan de la sociedad y sus vínculos sociales.

Al ser preguntado si se maneja esta línea de investigación, Juan Manuel Medina no lo descarta: “No lo hemos solicitado, es una posibilidad. Hay alguna declaración de alguna amiga que menciona la relación de Sandra con estos grupos, pero está todo abierto”.

Toda esta información no sorprende a la familia, “no les pilla de nuevas”, ya conocían esta información, según destaca Juan Manuel Medina. La psicóloga estrechaba su relación con estos grupos desde el punto de vista forense, como método de investigación, precisa el letrado. Los padres de la joven han confirmado que ella ya experimentó con estas sustancias para investigar soluciones terapéuticas, pero aseguran que desde septiembre de 2021 dejó de tener vínculo con sustancias como la ayahuasca. “No le convenció y se apartó” de este tipo de terapias.

Por qué no se encontró la camisa en las primeras batidas.

Los investigadores manejan otras pistas: hace unos días, dos personas anónimas encontraron dos prendas que podrían ser de Sandra. La talla de ambas coincide, pero no se puede confirmar que fueran de ella. La primera es una camisa blanca que se encontró el pasado día 30 en una playa situada bajo el acantilado donde se encuentra el mirador del Cabo de Peñas, en el concejo asturiano de Gozón.

La segunda es una etiqueta de una malla y se localizó en una zona interior, alejada del anterior lugar. Un hecho llamativo es que la primera prenda podría no haber estado los primeros días de batida, por lo que podría ser que no la hubieran visto, o que alguien la hubiera colocado con posterioridad.

“Si parece que, efectivamente, en las primeras batidas no se vio esa camisa. Pero que no se viera no quiere decir que no estuviera”, dijo Manuel Medina, el letrado que se ha personado en la causa por la familia. La joven desaparecida llevaba viviendo sola dos años en Gijón y “su familia no puede hacer un inventario” de su armario: “No las han reconocido. Por la talla, por la marca -que corresponde a su estilo-, podrían ser de ella, pero son las autoridades las que deben corroborar si pertenecían a Sandra o no”.

“Hay que ver si esa ropa pertenece a ella. Si fuera suya, habría que ver si es una zona en la que la ha podido traer el mar o no, en qué condiciones está y si hay alguien que la ha depositado después para hacer una pista falsa. Si no había evidencias que ahora hay, hay que determinar quién lo puso, qué mensaje querría emitir o si quiere equivocar. Si fuera este caso, sería muy sintomático”, dijo.

Javier Urra, quien fuera profesor de Sandra en el centro educativo Cardenal Cisneros de la UCM y tutor de sus prácticas en el centro terapéutico RecURRA-Ginso, donde ella también ejerció como secretaria, no descarta que la joven quedara con alguien de confianza y sufriera un incidente. Le sorprende que tuviera la nevera llena, que hubiera programado una cita con sus amigas, y que dejara el bolso en el interior de su coche aquel día.

“Pudo aparcar un coche al lado. Ella dejó sus cosas dentro, porque si quedas con alguien de confianza, lo dejas, te bajas del coche, entras en el otro para hablar… Y qué pasa si arranca. Entramos en otra cuestión”, dijo.