La tinerfeña lucha en el hospital contra el cáncer de mama.
El reciente fallecimiento de Elena Huelva, el 3 de enero pasado, ha conmovido a todo el país. Por desgracia, no es el único caso de una mujer que lucha contra el cáncer. Un ejemplo de ello es la también influencer Hilda Siverio, de Tenerife, que se encuentra en una situación crítica.
La enfermedad no se ha detenido y Hilda está recibiendo cuidados paliativos. Esta mujer de gran fortaleza y coraje lleva varios días luchando contra la muerte, y resistiendo. Como en el caso de la joven Elena, Hilda siempre había sido muy activa en las redes sociales, compartiendo su día a día y difundiendo su mensaje. Por eso, cuando su silencio se hizo presente, los seguidores comenzaron a temer lo peor.
Reaparece en sus redes: “Los médicos no me daban ni tres días”.
El pasado fin de semana, Hilda Siverio rompió su silencio y subió a su cuenta de TikTok un vídeo en el que compartió información acerca de su estado de salud. Tras su ingreso, la familia comunicó que se estaban “despidiendo” de ella, lo que desató cierto grado de preocupación entre sus seguidores.
Ahora, Hilda ha admitido que los médicos no le daban esperanzas de sobrevivir, pero que, a pesar de ello, ha conseguido superar esta difícil situación gracias a su fuerza y determinación. La propia Hilda se ha sorprendido al ver que, a pesar de todos los obstáculos, está resistiendo.
El mayor problema que le ha venido afectando es, tal y como ha actualizado recientemente, su dificultad para tragar. Esto le está costando un poquito más, pero ella sigue adelante sin perder la esperanza. Ha expresado que ha sido duro para ella, ya que todo le cuesta un poco más de lo normal, pero no se da por vencida. Sigue luchando y se motiva para seguir avanzando cada día un poco más.
“Está siendo duro porque todo me cuesta un poco más. Ya me está costando mucho tragar, que es el problema que tenía en casa, pero hay que seguir, siempre, hacia adelante, un poquito más”, explicó ella misma en las imágenes. El vídeo ha sido todo un fenómeno en TikTok, donde sus seguidores se han vuelto a volcar con ella.
A pesar de su gravedad, ya que Hilda ya se encuentra en cuidados paliativos, la influencer mantiene su eterna sonrisa. “Aquí estoy, en este milagro, en este regalo que es la vida. No olviden que con su sonrisa, siempre pueden ayudar a alguien que lo esté pasando todavía peor que ustedes”, contó desde su cama del hospital.
Su hija Valeria, su mejor apoyo durante la enfermedad.
La hija mayor de Hilda Siverio es una gran fuente de apoyo para la influencer, igual que Emi lo fue antes para Elena Huelva. Hilda y su hija han compartido videos divertidos de estos últimos días, demostrando que el espíritu de Hilda sigue aún sonriendo a pesar de la dureza del momento por el que pasan.
Sin embargo, Valeria estaba profundamente desconsolada. Aunque esta joven normalmente destaca por su buen humor, ahora está experimentando una emoción muy diferente. En un momento dado denunció a través de sus redes sociales el acoso que estaba sufriendo su familia. La joven denunció que los seguidores de su madre no paraban de mandarle mensajes —menciona que pueden llegar a ser 20 mensajes cada 4 minutos—, cuando lo único que están intentando es “despedirse” en paz.
“Me pregunto, ¿te imaginas que es la última vez?”
La palabra “despedida” generó mucha tristeza en los fans de Hilda. Ahora, la joven ha confesado lo mal que lo pasa cada vez que afronta un nuevo día. “Tengo miedo. Cada vez que subo a ese hospital, me tiemblan las piernas. Me pregunto, ¿te imaginas que es la última vez? Entonces, lo que pienso es que voy a hacer que sea la mejor última vez. Así, no dejo que el miedo se apodere de mí, solo me permito sentirlo”.
@valeriagonzaleeeeeez El golpe
Además, Valeria dio una gran lección sobre cómo aceptar el dolor y el duelo: “No se puede intentar ser alegre, no aceptar esas emociones que estás sintiendo y apartarlas a un lado. Mal. Es un error no querer afrontar ese dolor por temor a sufrir porque, tarde o temprano, vas a sufrir. No sólo hay que aprender de las emociones buenas, también de las malas”, dijo, con una extraordinaria madurez.