“No subestimemos los conocimientos de los niños”.
Es habitual que las respuestas de los niños a los profesores suelen estar cargadas de esa mezcla de ingenuidad e ingenio. Muchas veces, los pequeños hacen comentarios que dejan a cualquier adulto de piedra, pero no es extraño que sean producto de la desbordante fantasía que tienen los niños. Pero lo cierto es que, en otros casos, sorprenden con su inteligencia… y hay que ser estar preparados para cuando eso ocurre.
Es el caso del hijo mayor de la profesora y usuaria de Twitter, @larotesmeyer, que escribió el pasado domingo 23 de febrero un hilo en la red social del pajarito azul contando una experiencia que vivió con uno de los profesores de su pequeño.
Todo empezó cuando le dejó por mentiroso ante sus compañeros: el niño aseguró que existían delfines rosas, pero el maestro no le creyó.
Cuando mi hijo mayor tenía 4 años, era una esponja aprendiendo sobre los animales del mar, que en ese momento, eran su pasión.
Un día, al salir de clase, llegó a la mía con los puños cerrados y haciendo pucheros.
En el momento en que lo miré, se vino abajo y se puso a llorar.
👇— Señorita Rotesmeyer 🍏💚 (@larotesmeyer) February 24, 2019
“Cuando mi hijo mayor tenía 4 años, era una esponja aprendiendo sobre los animales del mar, que en ese momento, eran su pasión”, empezó diciendo, para después contar que un día al salir del colegio se puso a llorar porque en clase le habían tomado por “mentiroso” al decir que existían los delfines rosas.
Le pregunté que sucedía y me dijo, que les había contado a sus compañeros que había delfines rosas, y que su profesor se había reído de él y le había dicho que no inventase cosas.
Le había dolido en el alma que lo llamasen mentiroso.— Señorita Rotesmeyer (@larotesmeyer) 24 de febrero de 2019
La madre esperó a su profesor al salir de clase para argumentarle que esta especie —llamada delfín rosado o Inia geoffrensis— existe y que vive en Sudamérica, concretamente en las cuencas de los ríos Amazonas y Orinoco.
Esperé a que saliese su tutor y no hizo falta preguntarle, ya venía a contarme que el niño se había pillado una pataleta porque había contado que había delfines rosas.
Le dije que era verdad.
Que existen.
En el Amazonas.https://t.co/MOIA6qu3eJ— Señorita Rotesmeyer (@larotesmeyer) 24 de febrero de 2019
Se quedó de piedra.
Me dijo intentando salir del paso que no tenía ni idea, y que como tenía tanta imaginación, pues que había supuesto que no era verdad.
Solo le pedí que le diese la oportunidad de demostrar a sus compañeros que no mentía.— Señorita Rotesmeyer (@larotesmeyer) 24 de febrero de 2019
Después de escuchar al profesor, esta tuitera le pidió que le diera a su hijo la oportunidad de demostrar que lo que había dicho no era mentira. Así, preparó con el pequeño el material necesario para contar en clase las características de esta especie y probar su existencia.
“Fabricamos en cartulina un recorrido por las características de esa especie, y le grabé en un pen un capítulo de dibujos animados de una serie en la que hablaban de ellos”, escribió.
“Al día siguiente era el niño más feliz del mundo.”
Así que aquella tarde, fabricamos en cartulina un recorrido por las características de esa especie, y le grabé en un pen un capítulo de dibujos animados de una serie en la que hablaban de ellos.
Al día siguiente era el niño más feliz del mundo.— Señorita Rotesmeyer (@larotesmeyer) 24 de febrero de 2019
No porque supiese algo que los demás no sabían, sino porque había podido demostrar que no mentía.
No lo sabemos todo, ni tenemos porqué saberlo.
Y reconocerlo ante un alumno, no es signo de debilidad, sino una demostración de confianza.— Señorita Rotesmeyer (@larotesmeyer) 24 de febrero de 2019
Me comentaba una compañera tutora de 6° con dos niños de altas capacidades en su clase, que muchas veces hacen preguntas que la dejan fuera de juego.
Pero entonces les dice que cojan su ordenador, lo investiguen y cuando tengan la respuesta, lo cuenten a toda la clase.— Señorita Rotesmeyer (@larotesmeyer) 24 de febrero de 2019
Y aprenden unos de otros.
No subestimemos los conocimientos de los niños.
A veces son pequeños grandes expertos.
Es muy bonito ver como un alumno comparte sus conocimientos y se siente importante en ese momento.
Nunca dejemos de aprender.
Y aprendamos siempre a enseñar.— Señorita Rotesmeyer (@larotesmeyer) 24 de febrero de 2019
Al ser también docente, la madre del pequeño pone fin a su hilo afirmando que, en ocasiones, los niños saben cosas totalmente ajenas a los profesores. Por ese motivo, les anima a no subestimarlos e investigar lo que digan en clase. “No subestimemos los conocimientos de los niños. A veces son pequeños grandes expertos. Es muy bonito ver como un alumno comparte sus conocimientos y se siente importante en ese momento. Nunca dejemos de aprender. Y aprendamos siempre a enseñar”, asegura.
¿Qué os parece a vosotros?