web analytics

La confesión de Antolín, el piloto de F3 que apuñaló a su padre, que ha dejado atónitos a todos: “Era mi mejor amigo”

El pasado de una promesa truncada

“Mi padre era mi mejor amigo.” La frase suena demoledora, más aún porque Antolín González la pronuncia en pasado. El joven que fue considerado una joya del automovilismo español, deslumbrante en la Fórmula 3 asiática bajo la tutela del expiloto de Fórmula 1 Pedro Martínez de la Rosa, se encuentra ahora tras las rejas. El motivo: ser acusado de acabar con la vida de su padre, Antolín González, un conocido comerciante de Aranda del Duero.

El expiloto, de 23 años, intenta alcanzar un acuerdo con la Fiscalía, representado por su abogado José Luis Vegas, para recibir una condena mínima por un crimen que sacudió a los 33.000 habitantes de esta localidad burgalesa. El suceso se produjo en el almacén familiar de *Aceitunas Antolín*, empresa dedicada a encurtidos, frutos secos, gominolas y artículos de fiesta, un negocio sin cámaras de seguridad que aquella tarde del 5 de julio se convirtió en escenario de una tragedia.

Una discusión sin testigos

Antolín hijo acudió a ver a su padre sin llevar consigo el teléfono móvil, lo que imposibilitó rastrear sus movimientos. Nadie presenció la conversación que derivó en una discusión violenta, resuelta con un machete de entre 10 y 15 centímetros de hoja. El arma homicida nunca apareció, aunque sí su funda, con las huellas del joven y de su progenitor.

La defensa argumenta que el escenario judicial permite aspirar a una condena de cinco años. El abogado sostiene que, sin “la confesión” y la “colaboración” de su cliente, la Policía Nacional habría tenido serias dificultades para identificar al autor del crimen. Tras el apuñalamiento, el joven fue visto haciendo deporte a cinco kilómetros del almacén, lo que habría confundido las pesquisas policiales.

La confesión y el contexto familiar

“La confesión es un atenuante”, recalca el abogado, recordando que su cliente se entregó voluntariamente horas después del suceso. Cuatro meses más tarde, Antolín rompió su silencio y admitió haber asestado una puñalada en el tórax, otra en el cuello y dos cortes en el brazo de su padre. Según su testimonio, fue este quien primero blandió el machete y lo amenazó. “Mi defensa no irá por el argumento de que actuó en legítima defensa”, aclara el letrado. “Mi cliente no recuerda la secuencia de todo lo que pasó en el almacén. Sufrió un brote psicótico al ver a su padre con el cuchillo”.

La familia, lejos de distanciarse del joven, ha cerrado filas en torno a él. La compleja separación de sus padres, marcada por denuncias de violencia y órdenes de alejamiento contra el padre, había deteriorado profundamente las relaciones familiares. Aun así, el progenitor fue el principal impulsor de la carrera deportiva del hijo, invirtiendo grandes sumas en su prometedor futuro en los circuitos.

De las pistas a los tribunales

“Su padre fue el mayor apoyo de su carrera deportiva”, subraya el abogado. Los archivos de prensa confirman que el empresario financió los inicios del joven talento, quien incluso contó con la guía de Pedro Martínez de la Rosa, ex piloto de Ferrari y McLaren. Sin embargo, la ruptura matrimonial marcó un punto de inflexión: “Antolín llevaba un año distanciado de su padre a causa del divorcio”, apunta el letrado. Aquel 5 de julio, según su versión, el joven acudió al almacén con el propósito de reconciliarse.

“Antolín fue a hablar con su padre porque estaba cansado de que discutiera con su madre”, explica José Luis Vegas. “Solo quería arreglar la situación. Pero su padre le pidió que se llevara su mochila y lo echó. Entonces empezó la discusión. Le amenazó con un machete y, tras eso, mi cliente sufrió una especie de brote psicótico. No recuerda la secuencia exacta”.

La reconstrucción y la búsqueda del arma

El propio abogado insiste: “Mi cliente fue a hablar con su padre porque quería recuperar su relación. Esto no fue una venganza”. Lo cierto es que la confesión incluye dos puñaladas —una de ellas mortal, que atravesó el tórax del empresario— antes de que el joven abandonara el lugar, supuestamente en estado de confusión. Después, acompañó a la Policía en una inspección casi reconstructiva, repitiendo paso a paso su recorrido.

“Les acompañó por el trayecto que hizo desde el almacén hasta unas zarzas detrás de una residencia de ancianos, donde arrojó su mochila. Dijo haber tirado el machete al río, pero nunca se encontró”, señala Vegas. Se da por hecho que el arma quedó sepultada entre los juncos del cauce.

De las pistas de Fórmula 3 al juicio

El Ministerio Público podría solicitar entre 10 y 15 años de prisión, aunque la defensa trabaja por reducirla a una franja de 5 a 10 años, “más bien tirando hacia los 5”, gracias a las atenuantes de confesión, colaboración y trastorno transitorio. “Mi cliente estuvo bajo tratamiento psicológico por toda la presión que soportaba en las carreras”, sostiene el abogado.

Antolín había comenzado su trayectoria deportiva con solo ocho años, batiendo récords en karting, compitiendo en Fórmula 4 y destacando en campeonatos internacionales como el *Fórmula Masters China* y el *Asian Formula Renault Series*, donde fue subcampeón en 2018. Ahora serán los peritos forenses quienes determinen si el joven actuó bajo un brote psicótico al ver a su padre con el machete.

El eco de una relación rota

“Antolín siempre dice lo mismo: ‘Necesito pasar página y descansar’. ‘Dejé vivo a mi padre en el almacén’. ‘Cada noche sueño con mi padre’. ‘Era mi mejor amigo’.” Palabras que condensan la tragedia de una relación que comenzó con sueños de gloria en los circuitos y terminó con una confesión ante los tribunales.