Sin palabras.
En la era digital, las reseñas en línea se han convertido en un arma de doble filo para bares y restaurantes. Mientras muchos clientes las utilizan para compartir sus experiencias culinarias, otros las emplean para lanzar duras críticas que poco o nada tienen que ver con la gastronomía del lugar. Este foro se ha transformado en un campo de batalla donde se puede dañar la reputación de un establecimiento con unas pocas palabras. Ante esta situación, los responsables de los negocios no se quedan callados y deciden responder a estas acusaciones en el mismo portal.
Un ejemplo reciente de esta dinámica ha sido recogido por el perfil de “Soy Camarero” en la plataforma X, anteriormente conocida como Twitter. Este perfil se dedica a denunciar situaciones injustas y desagradables que viven los profesionales de la hostelería.
En uno de sus últimos posts, se destaca un comentario de un cliente que, en lugar de evaluar la comida o el servicio, se enfoca en atacar al propietario del establecimiento. “El dueño es penoso. Le debe dinero a toda Málaga y es un informal. No da la cara. No vallais a comer allí para darle dinero a esa persona tan miserable”, escribió el cliente en su reseña.
Valláis del verbo vallar😂 pic.twitter.com/uys4GY7bo6
— Soy Camarero (@soycamarero) June 13, 2024
Más allá de la crítica, los usuarios de la red social y los responsables del negocio no pudieron evitar notar y comentar la falta de ortografía en el comentario del cliente. Esta particularidad no pasó desapercibida y se convirtió en un punto clave en la respuesta del establecimiento.
Respuesta del establecimiento.
“En primer lugar, gracias por tomarte tu tiempo en dejarnos una reseña, aunque nos gustaría aclararte, que este espacio está destinado a dejar reseñas sobre nuestro restaurante, tras una experiencia en el mismo, ya sea positiva o negativa, que nos ayuden a crecer y mejorar, y es obvio, por tus comentarios, que no te has tomado molestia alguna de visitarnos y dejarnos tu experiencia real”, escribieron los responsables del negocio.
En su respuesta, los propietarios también hicieron hincapié en el impacto que estos comentarios pueden tener: “Detrás de este negocio, hay muchas familias a las que les pueden afectar indirectamente tus comentarios”. No obstante, optaron por mantener un tono conciliador, sin cerrar la puerta al cliente: “Aunque nos alegra enormemente que hayas dedicado tu tiempo en escribir y te animamos a que nos hagas una visita y pruebes nuestros platos, los hacemos con mucho cariño para nuestros clientes”.
Finalmente, el establecimiento no dejó pasar la oportunidad de corregir la ortografía del cliente de una manera educada pero firme. “Que tengas un buen día. Por cierto, se escribe ‘vayáis’ del verbo ‘ir’ y no ‘valláis’ del verbo vallar”, concluyeron.
Este caso refleja una tendencia creciente en el manejo de la reputación en línea por parte de los negocios de hostelería. La respuesta firme pero cortés, acompañada de una invitación a experimentar realmente lo que el establecimiento tiene para ofrecer, muestra una estrategia que no solo defiende el honor del negocio, sino que también busca educar a los clientes y mantener un tono de profesionalidad y respeto.