Polémica en TVE.
Rocío Carrasco lleva décadas siendo un rostro reconocible de la televisión española. Hija de la recordada tonadillera Rocío Jurado y del boxeador Pedro Carrasco, creció bajo el foco mediático prácticamente desde la cuna. Su vida personal, marcada por tragedias familiares y disputas judiciales, ha convertido su nombre en sinónimo de polémica, pero también de resistencia.

A lo largo de los años ha trabajado como colaboradora, presentadora y protagonista involuntaria de innumerables tertulias del corazón. Su testimonio en la docuserie sobre su vida la colocó en el centro del debate social, convirtiéndola en narradora de su propia historia tras años de silencio. Desde entonces, cada paso profesional que da se analiza con lupa por parte de la audiencia.
Su participación en el reality de aventuras de La 1 Hasta el fin del mundo encaja en esa nueva etapa, en la que intenta reconciliarse con el pasado mientras muestra una faceta más ligera y desenfadada. Lejos del clásico plató, el formato la sitúa en paisajes espectaculares junto a su amiga Anabel Dueñas, obligándolas a superar retos físicos y emocionales. Entre pruebas, confidencias y bromas privadas, la hija de la más grande se ha consolidado como uno de los grandes reclamos del programa.
Rocío cruza el mapa.
El viaje televisivo que comparte con otras parejas de famosos ha encontrado su público en la noche del miércoles, con un sólido 15,1% de cuota de pantalla. La combinación de retos físicos, humor constante y panorámicas de distintos países latinoamericanos ha colocado al formato entre las apuestas más destacadas de la cadena pública. En ese marco, la etapa en Cali ha brillado con luz propia por la mezcla de risas y recuerdos que ha provocado en la protagonista.
Nada más pisar la ciudad, Carrasco evocó los viajes de adolescencia en los que acompañaba a Rocío Jurado a la feria taurina, una de las épocas que recuerda con más cariño. Sin mencionar abiertamente a José Ortega Cano, dejó caer que él también formaba parte de aquellas escapadas recurriendo a un mote en clave: “A mí Cali me encanta, venía con mi madre y con ‘brave bull fighter’”.
La frase desconcertó a Anabel Dueñas, que quiso saber de inmediato de quién estaba hablando, y recibió como respuesta otro dardo humorístico: “Semen de fuerza, nena”. Con ese remate rescató el célebre momento que el torero protagonizó en 2022 en El programa de Ana Rosa, generando una oleada de carcajadas en el equipo y comentarios en redes.
El tono bromista dio paso a la nostalgia cuando el concurso las llevó hasta el hotel InterContinental, escenario habitual de sus estancias colombianas junto a la más grande. Al cruzar el umbral, la colaboradora confesó que el lugar la había desarmado por completo: “Me he sentido como una niña pequeña al pisar el InterContinental”. No había vuelto desde que tenía 17 años y aseguró que volver a recorrer sus pasillos le había devuelto imágenes de veranos, celebraciones familiares y momentos que creía enterrados.
entre principios y apellidos. Fama que no se negocia.
Siempre dispuesta a sacar partido de cada parada, Anabel intentó convencerla de que aprovechara ese vínculo emocional para conseguir una habitación sin pagar o al menos algún privilegio especial. Rocío se negó con firmeza y se escudó en una máxima que, según contó, ha aplicado toda su vida: “No he ido nunca a ningún sitio y he dicho ‘mi madre es’”. Con esa declaración marcó distancia entre su propia trayectoria y el mito de la Jurado, dejando claro que no está dispuesta a utilizar el apellido materno como carta de presentación ante hoteles ni marcas.
Este equilibrio entre emoción contenida, recuerdos familiares y chistes punzantes ha convertido su paso por Hasta el fin del mundo en uno de los grandes temas de conversación de la semana. Hay quienes celebran que, con referencias como el brave bull fighter o el ya mítico “Semen de fuerza, nena”, se tome la libertad de ironizar sobre una etapa complicada de su vida.
Otros, en cambio, consideran que ese tipo de guiños a José Ortega Cano resultan excesivos y alimentan viejos conflictos que la televisión ya ha explotado en demasiadas ocasiones. Lo cierto es que la manera en la que alude a Ortega Cano en el reality ha terminado dividiendo a los espectadores, que siguen cada entrega midiendo al milímetro sus gestos y sus palabras.