Adiós a Carmen Valero.
Algunas tragedias son particularmente impactantes. Los fallecimientos por causas naturales, como la avanzada edad del finado, son más fáciles de racionalizar. Sin embargo, hay casos en los que el drama se acentúa por factores como la muerte de una persona tan querida como Carmen Valero.
El mundo del deporte está de luto por el fallecimiento de Carmen Valero, la exatleta que hizo historia al ganar dos veces el campeonato del mundo de campo a través. Valero, que tenía 68 años, sufrió un derrame cerebral la semana pasada y no pudo superar las secuelas.
Valero fue una pionera en muchos aspectos. Fue la primera atleta española que destacó a nivel internacional, la primera que participó en unos Juegos Olímpicos (Montreal 1976) y la primera que se enfrentó a las grandes potencias del atletismo, como la Unión Soviética.
Una fondista con dos coronas mundiales.
Aunque Valero compitió en varias distancias, desde los 800 hasta los 5.000 metros, su especialidad era el campo a través. En esta modalidad, logró dos títulos mundiales consecutivos, en 1976 y 1977, y un subcampeonato en 1975. Sus victorias fueron aún más meritorias porque derrotó a rivales de la talla de Tatiana Kazankina y Lyudmila Bragina, ambas campeonas olímpicas en la pista. Valero demostró su talento y su coraje en un terreno que le favorecía más que el asfalto.
Valero recibió numerosos premios y distinciones por su trayectoria deportiva, como la Real Orden del Mérito Deportivo y la Medalla de plata al mérito deportivo. Su figura fue clave para el desarrollo del atletismo femenino español, que tuvo que superar muchas dificultades y prejuicios.
Valero recordaba con orgullo cómo respondió con triunfos a las palabras despectivas de algunos directivos, que las llamaban “culonas y pechugonas” para menospreciar sus opciones de éxito. Valero siempre tuvo claro que lo que más le gustaba era correr.
El último homenaje que recibió Valero fue en el IV Memorial Miguel de la Quadra-Salcedo, celebrado en mayo en la Universidad Complutense de Madrid. Allí se le reconoció su participación en el primer Campeonato de España de 1.500 metros, una distancia que abrió el camino a muchas otras atletas.