web analytics

“Es lo más bonito que he leído en mi vida”. Aless Lequio dejó una carta a la mujer de su vida, pero no está dirigida a Carolina Monje

El misterio de las 72 páginas de Aless Lequio

El libro ‘El chico de las musarañas’ se ha convertido en un éxito de ventas desde que se publicó el pasado miércoles. Se trata de la obra póstuma de Aless Lequio, el hijo de Ana Obregón y Alessandro Lequio, que falleció en mayo de 2020 a causa de un cáncer. El libro recoge las 72 páginas que el joven dejó escritas antes de morir y que su madre completó con sus propios recuerdos y reflexiones.

¿Qué contenían esas 72 páginas que nadie había leído hasta ahora? ¿Qué quiso transmitir Aless Lequio con sus palabras? El libro es un testimonio conmovedor de su lucha contra la enfermedad, pero también una muestra de su personalidad, sus sueños y sus sentimientos.

La carta abierta al amor de su vida

Uno de los capítulos más sorprendentes y emotivos del libro es el titulado “A la atención de…”, donde Aless Lequio escribió una breve carta abierta al amor de su vida. Aunque en ese momento tenía pareja, la diseñadora Carolina Monje, y había tenido otras relaciones anteriores, el joven expresó su tristeza por no haber encontrado el amor verdadero antes de morir.

En la carta, Aless Lequio se dirige a una mujer imaginaria, a la que describe como “la persona más importante” de su vida, y le confiesa su amor incondicional. También le pide perdón por no haber podido estar a su lado y le agradece por haberle hecho feliz. Es una carta llena de ternura, esperanza y nostalgia, que revela el lado más sensible y romántico del autor.

“Te escribo porque no te conozco. Si te conociera, las teclas de mi ordenador tendrían tanto polvo acumulado que mis frases serían un sinsentido, pero ese no es el caso. Hoy mis palabras pecan de elocuencia”, arranca su texto. “Vivo anclado a la posibilidad de conocerte, pero ya no sé si lo haré en lo que me queda de vida. Ojalá estas palabras puedan crear un pedacito de realidad para poder llevarme el boli a la cama pensando que al menos exististe en mi imaginación. Dentro de mí”.

En aquel momento, Aless Lequio compartía con esa desconocida que, además de tener cáncer, tenía “miedo”, que era “lo peor de todo”. “Ya no sé si algún día seré capaz de sentir cómo eres y lo que podríamos llegar a ser, pero lo que sí puedo hacer ahora, en este mismo momento, es transmitir cómo no eres, y, por lo tanto, acercarme un poquito más a la idea de lo que serías”, concluye.