«Es inhumano»: Piden el boicot a ‘Supervivientes’ por lo que le hacen a Jessica Bueno en directo

Supervivientes entra en terreno minado.

La convivencia en Supervivientes All Stars empieza a resquebrajarse. Tras semanas de alianzas frágiles y estrategias disimuladas, los concursantes han comenzado a percibir con nitidez quiénes se perfilan como favoritos del público. Y eso, en una isla donde el hambre y el cansancio son moneda corriente, se convierte en gasolina sobre el fuego. Las miradas ya no son inocentes y cada gesto parece esconder una intención.

El ambiente en los Cayos Cochinos es de pura tensión. Los concursantes no solo luchan contra la naturaleza o la falta de comida, sino también contra la sospecha constante. Saber que el público tiene sus preferencias pesa, y algunos han empezado a jugar al todo o nada para recuperar el favor de la audiencia. A medida que avanza el concurso, las pruebas se vuelven más exigentes y las emociones, más impredecibles.

La gala de esta semana ha sido un ejemplo claro de hasta qué punto el programa busca poner a prueba la resistencia emocional de sus estrellas. Entre retos físicos y decisiones límite, la organización introdujo una dinámica que ha dejado a los espectadores divididos y a una concursante completamente al borde.

La mesa de las tentaciones.

Como en cada edición, Supervivientes All Stars ha colocado contra las cuerdas a sus concursantes con motivo de la celebración de “la mesa de las tentaciones”. Una dinámica en la que los náufragos deberán decidir si escoger una suculenta y emotiva recompensa a cambio de un duro peaje como llevar un atrevido taparrabos o raparse el pelo al cero. Esta vez, sin embargo, la prueba ha traspasado el límite de lo que muchos consideran entretenimiento.

Una de las concursantes que más ha sufrido con la dinámica ha sido Jessica Bueno. La modelo sevillana ha sido la encargada de estrenar la mesa de las tentaciones. Aunque en un primer momento Laura Madrueño le ha ofrecido cortarse apenas unos centímetros de melena, poco ha tardado en aumentar la apuesta. La tensión en el plató era palpable y los compañeros observaban en silencio, conscientes de que el reto podría cambiar el rumbo emocional de la gala.

Lo que en un primer momento era un trato a cambio de suculentos platos de arroz, se ha acabado convirtiendo en un duro trago para la joven: “Encima sin pelo, mis hijos cuando me vean van a decir ‘pero tú, ¿quién eres?’ Sin pelo ahora”, se ha quejado tras el primer ofrecimiento. Sus palabras, llenas de angustia, resumían el conflicto entre el deseo de ver a sus hijos y la humillación de perder algo tan personal como su cabello.

El precio de una llamada.

Tras aceptar una hamburguesa y un plato de arroz a cambio de 25 centímetros, la presentadora le ha hecho una nueva apuesta: “Escúchame con atención. Lo está pasando un poco mal… Llevas toda la noche pidiéndonos una cosa. Tengo una última oferta porque no quiero que llores, escúchame. Vas a poder hablar y ver a tus hijos a cambio de raparte”. Las cámaras captaron cada lágrima y cada segundo de duda, en un momento que pronto se volvió incómodo incluso para los espectadores.

“No, no, no. No puedo, no. Jope, ¿por qué me hacéis esto? ¿Por qué?”, ha sollozado al tiempo que ha remarcado: “Yo a mis hijos les adoro, pero sé que ellos van a entender que no me rape el pelo. No puedo”. Sin poder contener el llanto, la modelo no ha dudado en pedir hablar con sus hijos: “Jope, lo llevo reclamando desde el principio”. Tras dicha queja, Madrueño le ha pedido que se lo pensara para, acto seguido, ofrecer al resto de compañeros otras polémicas recompensas.

El público estalla.

La reacción no se hizo esperar. Quienes han seguido muy de cerca la decisión de Jessica Bueno han sido los espectadores del reality, que no han dudado en compartir en redes sociales su postura. Buena parte de la audiencia ha cargado duramente contra el espacio al que acusan de infligir un sufrimiento “innecesario” a la concursante. De hecho, hay quien llega a tildar de “cruel” el gesto: “Me parece hasta cruel la diferencia de castigos entre Tony y Jessica, ¡es alucinante!”.

Y es que mientras que a Tony le han ofrecido platos de comida por depilarse con cera, cortarse el pelo o llevar taparrabos, a Jessica le han obligado a desprenderse de buena parte de su melena por comida dejándola sin la posibilidad de hablar con sus hijos. Precisamente, el ofrecimiento de la organización ha cabreado a los espectadores que comparten: “Una cosa es jugar con el hambre y otra muy distinta jugar con sus hijos”.

En la misma línea, otros seguidores han cargado diciendo: “Lo que le están haciendo a Jessica es una absoluta humillación y una falta de respeto a una mujer”. Críticas que también van dirigidas a Laura Madrueño por el corte que le ha hecho a Jessica y es que, aunque no se ha rapado, sí le han cortado buena parte de su melena. “Se pasa tres pueblos la Laura cortando el pelo” o “¡qué chapuza de pelo!” son algunos de los comentarios que se pueden leer en redes sociales.

La controversia ha encendido las redes y abierto un nuevo debate sobre los límites del reality. Lo que debía ser un simple reto de convivencia ha terminado convirtiéndose en un episodio que muchos tachan de innecesariamente cruel. Una escena que, lejos de entretener, ha dejado un sabor amargo entre los espectadores, indignados por lo que consideran un exceso en nombre del espectáculo.

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