La otra cara del mundo ‘influencer’.
En las redes sociales, los influencers dominan el panorama digital, y mientras muchos comparten contenido auténtico y trabajado, otros apuestan por prácticas que despiertan tanto fascinación como rechazo. Una de estas prácticas, cada vez más comentada, es la de aquellos creadores de contenido que intentan conseguir productos o servicios gratuitos, argumentando que su influencia en redes compensará generosamente al proveedor. Este fenómeno, lejos de pasar desapercibido, se ha convertido en el tema central de numerosos videos virales, donde los propios afectados exponen estas situaciones con tono sarcástico o reivindicativo.

En el ámbito gastronómico, el impacto es especialmente notable. Restaurantes y cafeterías reciben a diario propuestas de colaboración de influencers que buscan disfrutar de menús completos sin gastar un euro. Mientras algunos hosteleros rechazan de plano este tipo de acuerdos, otros, como Santi Temblador, dueño del restaurante sevillano ‘El Cuelgue’, han optado por una estrategia más creativa: exponer las solicitudes absurdas de algunos creadores de contenido y convertirlas en anécdotas que conectan con el público en un tono humorístico. Lo que comenzó como una idea irónica, terminó generando miles de comentarios en Instagram.
Cómo viralizar una cena con mortadela.
Santi Temblador compartió en su perfil de Instagram un video que muestra el desarrollo de una experiencia inusual: cómo decidió atender la solicitud de dos influencers que querían cenar gratis en su local. «Otra vez ha vuelto a pasar. Me han mandado varios emails un par de instagramers que quieren cenar gratis. Esta vez he decidido tomármelo con humor y les voy a poner una cena gratuita», relata Santi mientras muestra cómo prepara un menú que, lejos de ser lo esperado, consistió en un simple bocadillo de mortadela con aceitunas.
En el video, Temblador no solo muestra el proceso de elaboración, sino que añade un toque de ironía al describir el plato: «Disponemos el embutido en finas lonchas y lo vamos distribuyendo de esta forma para tener una cena digna de un creador de contenidos, al nivel que tienen». Con este enfoque, Santi no solo responde a las demandas de los influencers, sino que también plantea una crítica velada a las expectativas desproporcionadas de algunos creadores de contenido.
La segunda parte del video capturó el momento en que los jóvenes llegaron al restaurante, se sentaron frente al modesto bocadillo y los dos vasos de agua que les habían preparado, y reaccionaron con evidente sorpresa. Aun así, decidieron comer, fotografiar y grabar el lugar, quizá para convertir esa experiencia en contenido que justifique su visita.
Cuando la estrategia da un giro inesperado.
Tras terminar el bocadillo, los influencers pidieron la carta, confiados en que la cena gratuita incluiría algo más elaborado. Sin embargo, Temblador mantuvo su postura con un argumento tan inesperado como contundente: «Ya está, eso es lo que os voy a sacar. Eso es lo que yo pongo a la gente que pide de comer. Ha sido un malentendido. Cuando pasa la gente pidiendo de comer, yo les pongo un bocata, pero suelo cobrar a todo el mundo. Más no me puedo permitir, cuesta mucho sacar un negocio adelante». La respuesta del hostelero, acompañada de un tono amable pero firme, deja entrever las dificultades reales del sector de la hostelería y el impacto que tienen estas peticiones en negocios pequeños.
Finalmente, los jóvenes se despidieron agradeciendo el gesto y se marcharon sin insistir. Lo que quizá no imaginaron es que su intento de cena gratis terminaría siendo una de las anécdotas más comentadas en redes sociales, con miles de interacciones que aplauden la reacción de Temblador y critican la actitud de los influencers.
Entre el humor y la crítica social.
El video de ‘El Cuelgue’ no solo entretuvo a quienes lo vieron, sino que también abrió un debate sobre los límites del mundo influencer. ¿Es válido ofrecer contenido en redes a cambio de productos o servicios? ¿Dónde termina la colaboración y comienza el abuso? Temblador, con su estrategia humorística, pone el foco en una cuestión que parece ganar protagonismo: el impacto real que estas prácticas tienen en sectores que ya enfrentan suficientes retos económicos.
Mientras tanto, la anécdota sigue sumando visualizaciones y comentarios. Y aunque no se sabe si los influencers en cuestión lograron ganar seguidores con su aventura en ‘El Cuelgue’, lo que sí queda claro es que Santi Temblador consiguió convertir un episodio de picaresca digital en una historia viral que reivindica la dignidad del pequeño empresario frente a los excesos de las redes sociales.