La pasión al volante no justifica el peligro.
Aunque muchos lo piensen, no es una teoría conspiranoica: incluso algunos jueces reconocen que las multas pueden tener un claro afán recaudatorio. Así lo expresó un magistrado de Cádiz que anuló una sanción de 300 euros y la retirada de dos puntos del carné a un conductor. “Por mucho que se pretenda tramitar sumariamente las sanciones de tráfico, la precipitación en generar y obtener rápidamente pingües beneficios para la Administración no puede hacerse a costa de violentar normas básicas del procedimiento”, razonó en su sentencia.

Ahora bien, no todas las sanciones deben ponerse en duda. Existen casos en los que el castigo es más que justificado, sobre todo cuando el infractor no solo comete una imprudencia, sino que lo hace por razones difíciles de creer. Y más todavía si lo que está en juego es la seguridad propia y la del resto de usuarios de la vía.
Rock and roll en plena autovía.
Eso fue exactamente lo que ocurrió el mes pasado, según ha informado ABC. Un conductor fue sorprendido por un helicóptero Pegasus de la Dirección General de Tráfico mientras, en plena autovía, simulaba estar tocando la batería. Sí, lo que estás imaginando: al volante de su vehículo, y con dos palos de madera en las manos, como si de un concierto de rock se tratase.
El insólito percance no se limitó a un simple gesto. El conductor “utilizaba los palos a modo de baquetas para golpear con ellas la parte superior del volante de dirección del vehículo, como si fuese tocando una batería al ritmo de la música”. Todo ello, mientras el coche seguía avanzando a velocidad de crucero, durante más de un minuto.
Sin manos y sin sentido.
Pero la historia no termina ahí. En su afán musical, el conductor soltó completamente el volante. Según consta en el informe, lo hizo “para asir un palo en cada una de ellas, permaneciendo en esta actitud hasta que se percató de que el helicóptero sobrevolaba el vehículo, momento éste en el cual cesó su actitud”. Solo entonces se dio cuenta del peligro que había generado con su espectáculo improvisado.
Serás un músico de los buenos… ¡si llegas a destino sin sufrir ningún percance! El “no va más”, CONDUCIR SIN MANOS y DISTRAÍDO #SSanta2017 pic.twitter.com/DWywln26Eb
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) April 12, 2017
Quizá se trataba de un fan incondicional de la película Whiplash, o simplemente de alguien que confundió la carretera con una sala de ensayo. Lo cierto es que su comportamiento rozó lo temerario, y la infracción no dejó margen a interpretaciones. En un contexto como este, resulta difícil hablar de afán recaudatorio.
Cuando el hobby pone vidas en juego.
Este caso sirve como ejemplo de hasta dónde puede llegar la imprudencia por seguir un impulso, por creativo o “artístico” que sea. Al margen del humor que pueda despertar la escena, hay que recordar que la carretera no es lugar para espectáculos. Las distracciones al volante, por pequeñas que parezcan, están detrás de un gran número de accidentes graves.
Con suerte, el conductor salió ileso y no provocó ninguna colisión. Pero la sanción, en esta ocasión, está más que justificada. Porque una cosa es disfrutar de la música… y otra muy distinta convertir una autovía en un escenario de batería sin manos.