‘First Dates’ no deja de sorprender.
Semana tras semana, ‘First Dates’ sigue dejando sin habla a los espectadores. A pesar de ser un formato que lleva varios años en antena, sus creadores se las ingenian para encontrar a pretendientes que no dejan a nadie indiferente y que dan mucho de qué hablar. Además, afortunadamente para Cuatro, el dating show sigue teniendo una audiencia fiel y un gran seguimiento en las redes sociales.
El secreto del éxito de ‘First Dates’ consiste, en parte, en que gracias al programa que sigue presentando Carlos Sobera aprendemos a ligar en la era moderna. Además, el formato hace una importante labor ayudando a visibilizar a las minorías, aprendemos los valores de la tolerancia… y, otras veces, simplemente nos muestran el camino para triunfar en una cita.
El popular restaurante de ‘First Dates’ volvió a abrir sus puertas y, como es habitual, contó con comensales de lo más variopintos. Uno de ellos fue Vanesa, que busca el amor y los “cariñitos”. Sin embargo, sus exigencias y comentarios no pasaron desapercibidos.
La cita comenzó con mal pie.
Vanesa, una diseñadora y estilista colombiana de 32 años, busca encontrar a su príncipe azul. Sin embargo, ella tiene algunas condiciones, como que no sea latino porque está convencida de que son infieles. Por ese motivo, prefiere a los españoles, ya que asegura que son más cariñosos y detallistas.
Su comentario sobre los latinos no pasó desapercibido, pero lo mejor estaba por llegar: Vanesa indignó a las redes sociales al dejar claro que no quiere a un hombre “pobre” a su lado. Ella se considera materialista y cree que el dinero es importante en una relación. “Lo que debe de tener un hombre para enamorarme es dinero”, dijo entre risas.
Aunque después trató de retractarse asegurando que eso era algo en lo que se fijaba antes, que ya no era tan materialista. La soltera está convencida de que en el amor son muy importantes los detalles y el cariño, pero sin embargo considera que ella no sería feliz con “un pobre arrastrado” ni con un hombre “tacaño”.
“No sé cómo él puede creer que puede salir conmigo.”
En la cita, Vanesa conoció a Abel, el encargado de un gastropub. Aunque Abel parecía emocionado, Vanesa lo vio como un hombre feo y mal vestido. “No sé cómo él puede creer que puede salir conmigo, y no es que yo me crea mucho”, comentó a cámara. Sin embargo, la cita continuó con preguntas mutuas y alguna que otra risa.
Abel le contó a Vanesa que en lo que se fija de las mujeres es en sus ojos, mientras que Vanesa le dijo que había tenido varias operaciones de cirugía estética y que su color natural de cabello es el negro. Ella hizo todo lo posible para que en la cita no hubiera ni un silencio incómodo, incluso hablaron de que las latinas son más fogosas.
La tensión aumentó cuando Vanesa afirmó que era fácil de manejar y pensó que Abel haría todo lo que ella le pidiera. Sin embargo, él no estaba dispuesto a seguir sus juegos y le comentó que no le gustaba su actitud de querer que la inviten todo el tiempo. A pesar de que Abel pagó la cena, él también le dio calabazas a Vanesa, lo que la afectó mucho, a pesar de que ella había dicho que no quería volver a verlo desde el principio de la cita.https://www.elegimaldia.es/wp-admin/media-upload.php?post_id=494191&type=image&TB_iframe=1&width=753&height=770