‘First Dates’ nunca dejará de sorprender a la audiencia.
El amor es un sentimiento que no entiende de edades, gustos ni aficiones. O al menos eso es lo que intenta demostrar el programa de Cuatro, ‘First Dates’, que cada noche reúne a solteros y solteras dispuestos a encontrar a su media naranja. Sin embargo, no siempre el flechazo es mutuo, y a veces la cita se convierte en un desastre. Eso es lo que le ocurrió a Enrique, un joven de 23 años que se presentó al restaurante más famoso de la televisión con la ilusión de enamorar a su pareja con sus detalles románticos. Pero lo que él consideraba un gesto de amor, ella lo vio como una muestra de exceso y cursilería.

Enrique es estudiante de ingeniería de diseño industrial, y se define como “un señor en un cuerpo de un joven”. Sus amigos le llaman “el barroco”, porque tiene muchas aficiones diferentes, como la música, y porque le gusta cuidar cada detalle. Así lo demostró al llegar al programa con un regalo muy especial para su cita: un corazón de ‘First Dates’ impreso en 3D, acompañado de una carta escrita a mano. “Alguna vez he hecho alguna tarjeta que he entregado en el bus a alguna chica porque lo he sentido”, confesó al equipo del programa, mostrando su lado más sensible.
La pregunta de Paola que dejó a cuadros a su cita.
Su cita fue Paola, una joven de 21 años que estudia filología hispánica, y que se define como “fiestera” y con ganas de divertirse. Nada más ver el regalo que le había traído Enrique, su cara fue un poema. “La carta me parece como excesiva, así como enamoradizo. Así, de primeras, no me llama la atención eso”, dijo la soltera, con un tono de desaprobación. El presentador del programa, Carlos Sobera, intentó romper el hielo entre los dos, y les invitó a sentarse en una mesa para conocerse mejor.
Pero la cena no fue mucho mejor. Los dos jóvenes no tenían nada en común, y sus aficiones eran totalmente opuestas. A Enrique le apasionaba el arte y los planes de montaña, mientras que Paola prefería la fiesta y tenía miedo a las alturas. Enrique buscaba a alguien con quien compartir sus gustos, pero Paola no se sentía atraída por él. El momento más tenso de la cita se produjo cuando la soltera le hizo una pregunta a Enrique que le dejó sin palabras.
“Para ti, del uno al diez, ¿cuánto es de importante el sexo?”, preguntó la joven. Entonces, el soltero respondió que no sabía, ya que nunca había mantenido relaciones. “Me he quedado un poco flipando (…) Sí que es verdad que yo no estoy buscando eso, no quiero enseñar a nadie tampoco”, confesó Paola ante las cámaras de Cuatro. “Es que le veo totalmente en la friendzone”, sentenció.
Para poner el broche final a la cita, Enrique quiso sorprender a Paola con una actuación musical. Sacó su flauta travesera y se puso a tocar la canción de La bella y la bestia, una de las más románticas de Disney. Sin embargo, lejos de emocionar a su cita, lo que consiguió fue incomodarla. “¡Cómo salgo de aquí! Muy bonito pero no me apetece escuchar la canción de La bella y la bestia porque me parece que voy a llorar aquí, en vez de alegrarme”, comentó Paola al programa, entre risas nerviosas.
Al final de la cita, los dos coincidieron en que no había surgido la chispa entre ellos, y que no querían tener una segunda cita. “Yo no la tendría porque no he sentido esa química y te veo más como un amigo”, sentenció Paola, antes de despedirse de Enrique. Él, por su parte, se mostró decepcionado, pero no perdió la esperanza de encontrar el amor. “Me voy con la sensación de que he sido yo mismo, y de que he hecho lo que tenía que hacer. Quizás haya alguien por ahí que valore lo que yo ofrezco”, dijo Enrique, con una sonrisa, dejando por los suelos la actitud de su cita y dándole toda una lección de vida.