Un adiós inesperado.
Carlota Corredera y su esposo, Carlos de la Maza, han decidido poner fin a su relación de más de una década. La noticia, confirmada por la revista Semana esta mañana, se hizo rápidamente viral, captando la atención del público. En redes sociales, la presentadora compartió un comunicado contundente donde revela que la prioridad para ambos es proteger a su hija en este momento de cambio. Con esta declaración, Corredera demuestra que, al menos por ahora, no considera una reconciliación en el horizonte.

La historia de amor entre Carlota y Carlos se remonta a 2011, en el plató de ‘Sálvame’. Ella, por entonces miembro del equipo directivo, y él, uno de los cámaras, se cruzaron en una atmósfera profesional que pronto floreció en romance. Fue en entrevistas a Informalia y Diez Minutos donde Carlota confesó: “Encontré el amor a los 36, casi 37 años. El amor bueno, el que no te hace sufrir.” Sus palabras, cargadas de emoción y gratitud, evidencian la profundidad de una relación que parecía ser sólida y duradera. Sin embargo, a pesar de los lazos construidos, el amor que ambos proclamaban parece haber llegado a un inevitable final.
Un hogar compartido.
A finales de 2020, la pareja dio un paso más en su relación y adquirió una casa en Pozuelo de Alarcón, un municipio a las afueras de Madrid conocido por su exclusividad. Esta vivienda fue el hogar de la pareja y de su hija, un lugar donde compartieron momentos significativos y donde, hasta hace poco, ambos profesionales del mundo audiovisual vivían como familia. Aunque las decisiones a futuro son inciertas, Carlota y Carlos tienen claro que el bienestar de su hija será la prioridad absoluta, tratando de que esta separación le afecte lo menos posible en su vida cotidiana.
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“Carlos y yo ya no somos pareja, pero siempre seremos familia. Nuestra prioridad es el bienestar de nuestra hija, menor de edad, por lo que pedimos el máximo respeto y protección para ella en estos momentos tan delicados. Gracias”, compartió Carlota a través de sus redes. Su publicación fue recibida con una oleada de apoyo en forma de “me gusta”, aunque la presentadora, en un gesto de protección y privacidad, decidió desactivar los comentarios para evitar posibles críticas o especulaciones. Este detalle deja claro que Carlota, en este momento de vulnerabilidad, no tiene intención de profundizar públicamente sobre los motivos de la separación.
Los efectos en la vida profesional.
La ruptura entre Carlota y Carlos ha sorprendido también por sus implicaciones en el ámbito laboral. Ambos habían emprendido un proyecto conjunto al fundar la productora Alalba Audiovisual, especializada en contenidos de impacto social, como un documental sobre huérfanos de violencia de género. Su vida profesional, en este sentido, también los unía en una misión compartida, y la incógnita ahora es si seguirán colaborando en este tipo de proyectos o si la separación personal traerá consigo una pausa en los planes laborales.
Hace apenas un año, Carlota se mostraba entusiasta al hablar de su trabajo en equipo con Carlos. En una entrevista con Pronto, comentó: “Trabajar con Carlos es maravilloso, y es casi nuestra primera vez desde que nos casamos, porque nunca coincidimos… Aunque nos fuimos juntos a la India para hacer lo de Vicente Ferrer… De momento, nos va muy bien.” Sus palabras reflejan el respeto mutuo y el afecto que los caracterizaba, una química profesional y personal que ahora deberá encontrar nuevos caminos.