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Aviso a toda España: La Guardia Civil advierte sobre lo que nunca debes hacer si te hablan desde este número de teléfono

La invasión silenciosa de los móviles.

En pocos años, los teléfonos móviles han pasado de ser un simple medio de comunicación a convertirse en auténticas extensiones de nuestras manos. Hoy, prácticamente todo lo gestionamos desde ahí: la compra de un billete de avión, una videollamada con alguien a miles de kilómetros o el pago de una factura en cuestión de segundos.

La facilidad y la inmediatez con la que nos relacionamos con el mundo a través de estos dispositivos es asombrosa, pero también trae consigo una consecuencia inevitable: nuestra dependencia absoluta de ellos. El móvil ya no es solo una herramienta, sino un centro de operaciones personales y profesionales que nos acompaña las veinticuatro horas del día.

Esa presencia constante ha cambiado nuestra forma de interactuar con el entorno y, al mismo tiempo, ha abierto nuevas puertas a quienes buscan aprovecharse de esa conexión continua. Lo que antes eran delitos físicos ahora se ha trasladado al plano digital, donde el engaño se adapta a nuestra velocidad y nuestras rutinas. En la palma de la mano tenemos la posibilidad de enviar dinero, compartir datos o firmar contratos, pero la misma rapidez con la que ejecutamos estas acciones puede convertirse en nuestra mayor vulnerabilidad si no somos precavidos.

La Guardia Civil ha encendido las alarmas en más de una ocasión ante el crecimiento de fraudes dirigidos específicamente a usuarios de teléfonos móviles. Las estafas digitales han evolucionado con la misma rapidez que la tecnología y, en muchos casos, utilizan estrategias cada vez más sofisticadas para confundirnos. Los delincuentes no solo conocen nuestras debilidades, sino también nuestros miedos y nuestros hábitos de consumo, y ahí es donde encuentran la grieta perfecta para colarse.

La estafa del hijo: un engaño que apela al corazón.

En los últimos días, la Benemérita ha vuelto a advertir sobre una modalidad de fraude que ha afectado a cientos de familias en todo el país. A través de un vídeo difundido en TikTok, los agentes explicaron con detalle el funcionamiento de la llamada estafa del hijo, un método especialmente peligroso porque se basa en manipular las emociones. En cuestión de segundos, los delincuentes pueden hacernos creer que nuestros seres queridos están en peligro, con el único objetivo de robarnos dinero o datos personales.

¿”Qué harías si recibes este mensaje? Ojo: podría tratarse de la estafa del hijo en apuros. Es muy importante mantener la calma y no responder al mensaje. Lo siguiente, llama al teléfono de siempre de tu familiar. No caigas en la trampa. Los estafadores van a jugar con tus emociones”, alertaba la Benemérita en uno de sus últimos vídeos en redes.

La técnica es sencilla, pero devastadoramente efectiva: los delincuentes envían un mensaje desde un número desconocido haciéndose pasar por un hijo o un familiar cercano. El texto suele ser urgente, breve y directo: aseguran estar en apuros y solicitan grandes cantidades de dinero para solventar un problema grave. “Verifica la identidad de la persona que te envía el mensaje antes de actuar. Y, si tienes dudas, llámanos al 062”, recomiendan en el vídeo. Los agentes describen esta estafa como esa que “ocurre cuando te hablan desde un número desconocido haciéndose pasar por tus hijos y te piden grandes cantidades de dinero acusando tener algún problema grave”.

Cómo protegerse en un escenario cada vez más hostil.

Los expertos insisten en que la mejor herramienta contra estas trampas no es la tecnología, sino la prevención y el sentido común. Ante cualquier mensaje sospechoso, la recomendación es siempre detenerse, respirar y contrastar la información antes de actuar. Llamar al familiar afectado, utilizar canales habituales de comunicación o incluso recurrir a la propia Guardia Civil son pasos esenciales para evitar caer en el engaño.

Al mismo tiempo, se aconseja extremar la prudencia con los datos que compartimos en redes sociales. Publicar detalles personales —desde nombres de familiares hasta fotografías en tiempo real— puede facilitar el trabajo de los ciberdelincuentes, que se nutren de esa información para hacer sus mensajes más creíbles. Cada dato que proporcionamos de forma pública puede convertirse en una pieza de un rompecabezas que, bien armado, puede servir para manipularnos.

En un mundo hiperconectado, la educación digital se ha convertido en una necesidad urgente. No se trata de vivir con miedo, sino de entender las tácticas que utilizan quienes intentan estafarnos para poder reconocerlas a tiempo. Las campañas de concienciación, como las de la Guardia Civil, cumplen un papel crucial, pero la responsabilidad última recae en nosotros, los usuarios, que debemos aprender a identificar señales de peligro en la pantalla antes de que sea demasiado tarde.