Este es Graham y tiene una importante lección vital, a pesar de ser inanimado. Y es que su aspecto es el que debería tener un hombre con grandes posibilidades de sobrevivir a un accidente de tráfico.
Por ejemplo, su cabeza es más ancha —convirtiéndose en una especie de casco natural—, sus costillas ultrarresistentes, y no tiene cuello para no poder partirse la médula cervical… En definitiva, un cuerpo diseñado para salir ileso de un choque a gran velocidad.
La escultura, de un aspecto realmente inquietante, ha sido realizada con fibra de vídeo, silicona, resina y pelo humano. Se trata de un encargo de las autoridades de seguridad vial del Estado de Victoria, al este de Australia, a la artista local Patricia Piccinini. Se exhibirá en Melbourne y a partir del 8 de agosto recorrerá otras ciudades del país.
La intención es que la gente que se acerque a Graham no se fije unicamente en su peculiar aspecto exterior, sino que puedan ver todos los detalles de su anatomía gracias a herramientas de realidad aumentada. De esta forma, los visitantes podrán darse cuenta de hasta qué punto es diferente a cualquier ser humano… y lo poco preparados que estamos los demás para sobrevivir a este tipo de situaciones.
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