Sale a la luz que abuelo y nietos de Huétor Tájar sobrevivieron a un accidente en el que fallecieron madre y abuela

Un trágico suceso.

En la tranquila localidad de Huétor Tájar, en la provincia de Granada, una familia ha sido sacudida por una serie de eventos trágicos que han culminado este fin de semana, dejando un rastro de dolor y preguntas sin respuesta. Hace exactamente dos meses, el 19 de marzo, un accidente automovilístico en la carretera GR-4407, cerca del término municipal de Loja, se convertiría en el presagio de una tragedia aún mayor.

Era una tarde como cualquier otra cuando un vehículo, llevando a bordo a una pareja de ancianos, su hija y sus dos nietos, se estrelló con fuerza contra un muro de contención. El impacto fue tan violento que los servicios de emergencia, incluidos bomberos y ambulancias, se movilizaron rápidamente al lugar del siniestro. A pesar de los esfuerzos desesperados por parte de los socorristas, la esposa perdió la vida en el acto, dejando un vacío imposible de llenar.

Se barajó como causa del accidente un desmayo del conductor.

Los demás ocupantes del coche sufrieron heridas de diversa consideración y fueron prontamente trasladados a distintos centros hospitalarios. El conductor y los niños lograron sobrevivir al terrible choque, pero, en un giro del destino, la hija del matrimonio fallecería poco tiempo después, sumiendo a la familia en un luto aún más profundo.

En aquel entonces, las autoridades consideraron que un posible desvanecimiento del conductor podría haber sido el causante del fatal accidente. Sin embargo, la investigación ha tomado un nuevo rumbo tras los recientes acontecimientos que han conmocionado a la comunidad: el abuelo, sobreviviente del primer accidente, ha sido implicado en la muerte de sus propios nietos. La hipótesis de que el trauma sufrido hace dos meses haya influido en sus acciones es una línea de investigación que se está explorando con detenimiento.

Este suceso, que ha desencadenado una cadena de eventos desafortunados, plantea interrogantes sobre las secuelas psicológicas de los accidentes y cómo estos pueden afectar no solo a los sobrevivientes, sino también a toda una comunidad. Mientras tanto, Huétor Tájar llora la pérdida de sus ciudadanos y busca consuelo en medio de la tragedia.

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