Una pareja mediática en el foco.
Alaska y Mario Vaquerizo forman uno de los dúos más carismáticos y longevos del entretenimiento español. Ella, icono del pop y la contracultura desde los años 80; él, cantante de Nancys Rubias, representante, escritor y habitual de los medios. Su matrimonio, además de consolidado, ha sido parte de su identidad pública y una fuente inagotable de titulares a lo largo de los años. Juntos, han sabido construir un imaginario compartido que combina lo excéntrico con lo entrañable.
Sin embargo, una reciente aparición de Vaquerizo ha reavivado el interés mediático por su relación, esta vez desde una perspectiva menos glamurosa. Durante un podcast, el artista aseguró que su matrimonio con Alaska era “un paripé”, lo que ha provocado un revuelo inmediato. La polémica llegó hasta El programa de Ana Rosa, donde Alaska se enteró en directo de las palabras de su esposo. Lo que parecía una declaración ligera terminó por escalar a debate nacional.
El copresentador Jano Mecha introdujo el tema sin rodeos: «Alaska quiero que veas lo que Mario Vaquerizo contaba sobre tu matrimonio. Vamos a verlo y ahora nos cuentas». El video mostró a Mario en una actitud desenfadada: «Olvido y yo no estamos. Esto se nos ha ido de la mano, nuestro matrimonio nos vino bien, nos hicimos famosos», afirmaba, rematando con la frase que más ha resonado: su matrimonio había sido «un paripé». Las reacciones en redes no tardaron en multiplicarse.
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Entre el show y la verdad.
La reacción de Alaska no se hizo esperar, aunque sorprendió por su tono irónico y despreocupado. Ana Rosa Quintana le preguntó sin filtro: «¿Por qué te hace esto?». La respuesta de Alaska fue tan contundente como inesperada: «Yo no lo sabía porque ha hecho cien mil entrevistas y podcasts… He pensado eso es que le han hecho la típica pregunta y Mario debe tener una edad cerebral de 100 años que es gente que ya le da igual lo que dice». Su intervención no solo desactivó la tensión, sino que dejó claro que el comentario no la tomó por sorpresa.
Lejos de mostrar signos de enfado o crisis matrimonial, la cantante contextualizó las palabras de su marido con cierta sorna. Explicó que las declaraciones formaban parte de una broma habitual en ese podcast, donde los entrevistadores provocan a los invitados para ver cómo reaccionan. «Pero no, hay que ir a la fuente que es un podcast donde siempre te hacen esta especie de broma, a ver como tú reaccionas. y esto es para aquellos que digan que Mario no es buen actor». Su explicación puso en evidencia el tono performativo del momento.
A pesar del revuelo, Alaska quiso dejar muy claro que su relación no atraviesa ninguna crisis ni malentendido profundo. «Pero, ahora, que todo el mundo que entienda lo que es esto, aunque yo nunca lo haría porque eso queda ahí», apuntó la artista, diferenciando su estilo del de Mario y reafirmando que, aunque con métodos distintos, siguen en sintonía. La pareja parece seguir disfrutando del equilibrio entre lo privado y lo mediático, aunque no todos comprendan ese juego.
Lo privado y lo público, otra vez.
Este episodio, como tantos otros en la historia mediática de Alaska y Mario, refleja los límites difusos entre su vida privada y su personaje público. Ambos han sabido construir una narrativa compartida que oscila entre el espectáculo y la autenticidad, alimentando con ello tanto a sus seguidores como a los medios. Lo que para muchos sería motivo de crisis, para ellos parece ser solo un nuevo acto en una función más amplia. El arte de vivir en el foco también se aprende.
La controversia también sirve como recordatorio de la teatralidad inherente a muchas de las figuras mediáticas actuales. En una era donde los podcasts y redes sociales multiplican los espacios para las declaraciones explosivas, los personajes como Mario encuentran nuevas formas de jugar con el discurso público. Y al hacerlo, ponen a prueba los límites de la interpretación y la literalidad. No es solo lo que se dice, sino cómo, dónde y con qué intención se dice.
Y mientras algunos se escandalizan, Alaska y Mario siguen a lo suyo: manteniendo viva una historia de amor que, paripé o no, lleva más de dos décadas resistiendo bajo el foco. Lo que parece un desliz para unos, es para ellos una anécdota más. Su alianza, tan peculiar como firme, continúa alimentando titulares, pero también desafiando convenciones. Quizás ahí radica su verdadera fuerza.