Un momento complicado para la influencer.
Anabel Pantoja, un rostro habitual en el panorama televisivo español, ha vivido en los últimos meses una de las etapas más intensas de su vida. Conocida por su participación en programas de entretenimiento y por ser sobrina de Isabel Pantoja, la influencer se convirtió en madre en noviembre. Sin embargo, lo que debería haber sido una experiencia de ensueño se ha transformado en una montaña rusa emocional y judicial.

A los desafíos propios del posparto se sumó un proceso legal inesperado, marcando un inicio de maternidad muy distinto al que habría imaginado. Nada más dar a luz, Anabel Pantoja tuvo que enfrentarse a una difícil realidad. Su hija fue ingresada en el hospital y, tras recibir el alta, se abrió una investigación por presunto maltrato infantil contra ella y su pareja.
Este episodio, lejos de ser el único obstáculo en su nueva etapa, se sumó a los efectos físicos y emocionales propios del posparto. A través de sus redes sociales, la influencer ha compartido las transformaciones que ha experimentado su cuerpo, buscando apoyo y comprensión entre sus seguidores.

Entre los cambios que ha notado, uno de los más visibles ha sido la caída del cabello. «Después de dar a luz mi nueva rutina», escribió junto a una imagen en la que mostraba la cantidad de pelo que se le cae a diario. Un fenómeno común debido a los cambios hormonales, que también han experimentado otras figuras públicas como Marta Pombo o Cristina Pedroche. Aunque este proceso suele ser temporal, para Anabel supone otro recordatorio de los desafíos que enfrenta en esta etapa.
Secuelas que afectan su día a día.
Además de la pérdida de cabello, la excolaboradora de televisión ha tenido que lidiar con otro problema de salud que ha complicado aún más su recuperación. Las hemorroides, una afección frecuente en el posparto, le han provocado molestias constantes y le han impedido disfrutar plenamente de su maternidad. A través de sus publicaciones, ha compartido lo frustrante que ha sido para ella esta situación y cómo pequeños excesos pueden desencadenar grandes malestares.

«El 31 me bebí una cerveza y una copa de vino, absolutamente nada más. ¿Para qué? Al día siguiente empezaron las almorranas de nuevo. Como si fueran unas chivatas, una alarma, que salta cuando tomo alcohol, que literal me mata. No se lo deseo a nadie pasar por lo que estoy pasando», confesó. Estas palabras reflejan no solo el dolor físico, sino también el impacto emocional que le está causando su recuperación, impidiéndole llevar una vida normal.
El golpe más duro.
Si los problemas de salud ya habían complicado su posparto, lo que vendría después fue aún más devastador. En enero, su hija tuvo que ser hospitalizada durante casi 20 días en un centro médico de Gran Canaria. Fue tras su recuperación cuando se hizo público que la justicia había intervenido para investigar «el origen de las lesiones» de la pequeña. Desde entonces, la pareja de Anabel y David Rodríguez ha estado en el punto de mira mediático y judicial.
El proceso legal, lejos de resolverse rápidamente, podría alargarse durante meses. Así lo explicó el juez Taín, colaborador habitual de Telecinco, quien señaló que el procedimiento podría extenderse más allá del plazo inicial de seis meses. «Si hay alguna duda irán a juicio. Aún quedan muchísimos meses. Lo prudente para ellos es guardar silencio», explicó. Ante esta incertidumbre, la influencer ha optado por limitar sus declaraciones, aunque ha recurrido a sus redes para defenderse de las acusaciones.
Silencio y declaraciones contadas.
Desde que se conoció la investigación, la pareja ha mantenido un perfil bajo, evitando hacer declaraciones públicas. Sin embargo, Anabel Pantoja ha utilizado su cuenta de Instagram para asegurar que su hija se encuentra bien y negar cualquier acusación en su contra. «Quiero empezar este vídeo diciendo que Alma está en casa con sus padres, sana y feliz. Lo único que hemos hecho es amar y cuidar. Vamos a seguir colaborando», expresó en un intento de calmar la tormenta mediática.

Por ahora, la incertidumbre sigue marcando su día a día. Mientras espera el desenlace del proceso judicial, Anabel sigue compartiendo con sus seguidores sus altibajos emocionales y físicos. Lo que en un principio parecía el inicio de una etapa llena de felicidad se ha convertido en una lucha constante, donde la maternidad ha venido acompañada de una prueba difícil de superar.