Aunque creas que no te gustan los perros, en cuanto viene uno a olisquearte, cambias de idea. Más o menos es lo que les pasó a estos padres.
Por ejemplo, al de Ruby —@roobeekeane en Twitter— con los gatos; Mucho “no no”, pero tras los primeros “miaus” cambió de idea. Ahora no para de cuidarlos y mimarlos en cuanto tiene ocasión.
Después de que Ruby compartiera las fotos que demostraban lo que había ocurrido, se convirtieron inmediatamente en un fenómeno viral. Ahora, 72.000 me gustas después, la gente comparte historias muy parecidas sobre cómo gatos y perros consiguieron colarse en el corazón de aquellos que al principio aseguraban que no los querían.
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¿Qué os parece a vosotros?