Ser padre significa no parar nunca de aprender. Pero no solo de los expertos, o de otros padres: no hay límite para las maravillas que podemos aprender de nuestros propios hijos.
Y es que su inocencia no solo es encantadora, sino que nos enseña a mirar las cosas de otra manera… quizás menos complicada y, en suma, mejor.
¡Atento a estos ejemplos maravillosos, porque no tienen desperdicio!
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Y tú, ¿recuerdas alguna frase de tus hijos digna de aparecer en esta recopilación?